En medio de una crisis sin precedentes (cuya luz al final del túnel no se avizora próxima), los fabricantes automotrices buscan denodadamente fórmulas que inciten a los consumidores a adquirir un vehículo nuevo para relanzar sus ventas. En el caso de Hyundai, parece haber acertado al crear el auto más barato que existe actualmente en Estados Unidos: el Accent 2009.
Perfecto para el comprador que busca una mezcla ideal de precio, confiabilidad y ahorro de combustible, este modelo del consorcio surcoreano tiene un precio inicial de 9 970 dólares en la versión de tres puertas con transmisión manual, lo que lo convierte en el vehículo más barato de Norteamérica, desplazando al Nissan Versa de sólo 20 dólares más.
Pero el Accent 2009 es un sedán con virtudes que trascienden su bajo costo. Así ofrece una eficiencia de consumo de 27 millas por galón en ciudad y 33 en autopista por su motor DOHC de cuatro cilindros en línea y 1.6 litros con 110 caballos de fuerza y una transmisión manual de cinco velocidades (aunque posee la opción de una automática de cuatro).
Con un espacio interior bastante amplio, este prototipo de Hyundai cuenta con asientos plegables, reposacabezas ajustables y un alerón trasero, además de una garantía por 10 años o 100 000 millas para el funcionamiento.
Ya en lo referido a la seguridad destacan sus bolsas de aire frontales y las de tipo cortina que se ubican en el techo, sistema de monitoreo de presión de los neumáticos y frenos ABS con distribución electrónica. No en balde, tales son las credenciales que hacen del Accent 2009 una verdadera ganga: Bonito, barato y confiable.