Uno de los iconos automovilísticos del Imperio Británico, la marca Jaguar, pasó a manos de una antigua colonia de este: India. Vendida por Ford, que a la sazón era su propietaria, presenta ahora el último modelo concebido bajo la gestión del gigante norteamericano. Este modelo, cuyo concept era bien conocido, básicamente permanece igual aunque varios detalles fueron eliminados, por la fría lógica de disminuir costos.
Las líneas de pura velocidad dieron paso a unas más conservadoras; el frente cambia la parrilla y los faros rasgados cuyo dinámico diseño llevaba nuestra atención, en un trazo de gran calidad, hacia el centro del auto han sido sustituidos por gotas amorfas sin ninguna relación al resto del vehículo. Hay cambios en los espejos retrovisores, manillas de puertas, y otros similares. Aislados parecen nimios, pero sumados privan al XF del carácter esperado en un auto de 50 000 dólares, rango donde están opciones como la Clase E de Mercedes, cuya nueva versión estará en breve en el mercado.
Fuera de estos detalles el XF es un auto excelente, con un interior extra clase donde se combinan el buen gusto, mejor criterio, materiales de primera calidad como la piel y la madera, y un entramado con lo más avanzado de la electrónica, donde muchos de los controles se activan solo de pasar la mano sobre ellos.
Para propulsar a este felino de dos toneladas de peso, existe un V8 de 300 CV capaz de llevarlo de 0 100 km/h en seis segundos, y además la opción sobre alimentada de 420 CV con un anuncio de llegar a más de 500 CV para el próximo año. Son momentos cruciales para Jaguar y este XF puede ser vital para el futuro de la marca, por tanto deberá aferrarse a él con sus más poderosas garras.