La industria automotriz de Brasil ha sentido el golpe de la actual crisis financiera mundial, las matriculaciones de automóviles nuevos ha decrecido un 30 % durante el pasado mes de noviembre. Sin embargo, se puede notar un repunte alcista en las acciones brasileñas tras el anuncio del Gobierno de Estados Unidos de ir al rescate y no abandonar de la industria del automóvil en medio de la crisis.
Algo similar han hecho los Gobiernos europeos de Francia y Alemania. Y la esperanza comienza a florecer en medio de este tiempo infernal.
Después de dos años de muy fuerte crecimiento, la industria automotriz de Brasil dio muestras de no ser ajena a la crisis financiera mundial que se vive actualmente. Por esta causa, los grandes productores de vehículos asentados en Brasil, como Ford, FIAT, Volkswagen, General Motors (GM), Peugeot-Citroën y otros, están tensos.
Según analistas, la razón principal del frenazo carioca se debe a la falta repentina de acceso a créditos, algunas veces más complicados y otras más caros para los brasileños, acostumbrados a préstamos blandos en condiciones benévolas de pago.
Este cambio de escenario, ha tomado por sorpresa a los fabricantes de autos asentados en Brasil, que tiene invertidas grandes sumas en el país, pues hasta ahora disfrutaban de una bonanza que parecía eterna. Tanto es así que habían planeado llevar la producción de automóviles a seis millones de unidades anuales.
Por ejemplo, GM tiene en Brasil su tercer mercado mundial de vehículos, mientras Volkswagen vende más autos en Brasil que en Alemania, al tiempo que FIAT obtiene la mayoría de sus ganancias en el gigante suramericano. No obstante, las cifras de ventas siguen siendo colosales y, según analistas, no se comercializarán los tres millones de unidades previstas. Serán alrededor de 2.7 millones.