Leyendas: Ferruccio Lamborghini

Creado: Dom, 01/12/2013 - 18:41
Créditos
Willy Hierro Allen
Leyendas: Ferruccio Lamborghini

Siempre hubo autos deportivos, de configuración propia, mayor potencia y más velocidad, pero un día nacieron los súper-deportivos, de diferente configuración, mucha mayor potencia y velocidad de espanto, eso se debió a Ferruccio Lamborghini, un mecánico italiano convertido en empresario que, después de un disgusto con Enzo Ferrari, decidió fabricar sus propios automóviles. Esta es su historia.

Ferruccio Elio Arturo Lamborghini nació en Cento, pequeño pueblo de la provincia de Ferrara, Italia, el 28 de abril de 1916 y falleció en la ciudad italiana de Perugia el 20 de febrero de 1993, poco antes de cumplir los 77 años de edad. De procedencia campesina, su padre era mecánico de tractores y tenía su propio taller. Ferruccio se crió en ese ambiente familiar y cuando tenía unos 20 años llegó la II Guerra Mundial.

Fue reclutado por las Fuerzas del Aire italianas para trabajar en la sección de transportes hasta 1944, que fue prisionero de guerra de las tropas británicas y sirvió en el departamento de conducción de transportes. De esta manera, Ferruccio aprendió mucho sobre los vehículos de guerra, su mecánica, lo cual le serviría en el futuro para gestionar hábilmente su propio negocio de tractores. 
     
Finalizada la contienda bélica, regresó a su pueblo natal y comenzó a comprar diferentes vehículos de guerra (ya sin uso) para modificarlos y aprovecharlos en distintas labores del campo. Su innegable capacidad e inventiva pronto le brindaron el éxito necesario para montar una pequeña fábrica e ir adelante, con la idea de articular en breve una instalación mayor para esos fines.

En poco tiempo sus grandes avances en la mecánica de tractores y las posibilidades de venta de sus equipos, en una región donde estos aparatos eran de vital importancia y su uso general, lo hizo un fabricante exitoso. Ya Ferruccio Lamborghini no era uno más de los veteranos de guerra, sino el más célebre mecánico, adaptador e inventor de toda aquella comarca agrícola.

Para 1959, a los 43 años de edad, ya Ferruccio era propietario de una importante fábrica de tractores con su marca, Lamborghini, y se encontraba firmemente posesionado en el mercado de vehículos agrícolas. Tanto las adaptaciones como los inventos mecánicos hicieron de Ferruccio un experto creador automotriz. Se estaba gestando el futuro constructor de autos súper-deportivos.

La disputa con Ferrari. Su desempeño industrial y desarrollo económico le permitieron a Ferruccio comprar diferentes automóviles deportivos, que eran su pasión. Así, en los años 60, se hizo de un Ferrari, deportivo por excelencia, que pronto le encontró algunos defectos en el embrague y, con piezas de sus tractores, lo mejoró. Manejando la idea de colegiar con Ferrari sus dificultades con el auto, se fue a verlo.

Enzo Ferrari se insultó y le dijo que ”un fabricante de tractores no lo iba a enseñar cómo hacer autos deportivos“ y lo echó de Maranello. Este agravio dio sus frutos pues, Ferruccio que era muy emprendedor, decidió fabricar un auto deportivo ”mejor“ que el Ferrari que tenía y así fundó en Sant’ Agata, cerca de Maranello, su propia fábrica de automóviles Lamborghini. Comienza la leyenda.

El primer auto deportivo Lamborghini salió en 1964, se trata del modelo 350GTV, que tras un año de duras pruebas quedó listo ”y no tenía los defectos del Ferrari“ de Ferruccio, quien había contratado a los antiguos ingenieros de Ferrari: Gianpaolo Dallara y Robert Wallace para diseñar y desarrollar sus autos. Pero el éxito mayor lo tuvieron en el tercer modelo construido: el Miura.

El Lamborghini Miura es el primer auto que rebasa los límites del deportivo, ha nacido el súper-deportivo, modelo innovador y legendario con el motor en el eje trasero. Este y otros coches con diseños únicos, describen a esta marca entre los mejores autos italianos, lujosos, atractivos y seguros, además de muy potentes y con una velocidad punta que rompe corazones.

Las empresas Lamborghini sufrieron descalabros económicos por malos negocios. Un país suramericano le solicitó un importante pedido de tractores, cuya fabricación requirió grandes inversiones para el aumento de la capacidad constructiva de las instalaciones. Pero ese pedido fue cancelado y las pérdidas originadas obligaron a  Ferruccio a vender parte de su fábrica. Luego lo golpeó la crisis del petróleo.
En 1972, Georges-Henri Rossetti compró el 51% de la acciones a Ferruccio en el negocio de los automóviles y un año después (1973), Ferruccio vendió la parte que le quedaba de su empresa Lamborghini Automobili a René Leimer, para luego retirarse del negocio automotriz y dedicarse a la apacible vida de agricultor en un extenso viñedo que ya había comprado mucho antes.

Los autos de carrera nunca fueron de su interés, quería automóviles deportivos, potentes y de impresionante velocidad, pero no para competir en carreras; a diferencia de Ferrari, que fabricaba sus autos de producción como sustento a su escudería de carreras. Para Ferruccio lo importante era la calidad del auto deportivo, su fiabilidad, belleza y nuevos elementos de diseño, no correr en carreras.

Por ello, jamás apoyó ni patrocinó o ayudó a ninguna escudería ni a piloto privado alguno. Mientras otros fabricantes de autos deportivos procuraron demostrar su calidad y la superioridad técnica de sus coches a través de la participación en las competencias (con la idea de ganar), Ferruccio declaró que este tipo de competición no era de su interés ni lo apoyaría.

El Lamborghini Miura se fabricó en medio de la tensión existente por ese proceder de Ferruccio con sus ingenieros; no hay que olvidar que estos venían de Ferrari, donde todo se hacía en aras de conquistar fama y victorias en las carreras. En un oscuro rincón de Sant’Agata, los mejores ingenieros de Lamborghini empezaron a construir en secreto un automóvil deportivo diferente.

Fue un engendro de coche de carreras, con el motor sobre el eje trasero y una novedosa aerodinámica que debería ser un deportivo con inusual potencia y superior velocidad, tal vez con la esperanza de que Ferruccio le permitiera competir. No fue así, Ferruccio lo vio en su etapa de prototipo y pidió que se terminara como un modelo más poderoso, pero no para competir. De esa manera nació el súper-deportivo Miura.

En 1984, ya Lamborghini era una de las marcas de autos deportivos más prestigiosas del mundo, pasa por diferentes dueños hasta que en 1998 la adquiere Volkswagen en una nueva fusión automotor con Audi y SEAT. Ferruccio murió el 20 de febrero de 1993, el mismo día en que salió el Lamborghini Diablo y así pudo ver su firma entre las líderes de autos súper-deportivos y su sueño hecho realidad. 

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Willy Hierro Allen