
Luego de la caída del campo socialista, Rusia se abrió al mundo. Así comenzaron a rodar por la Plaza Roja autos importados de confort insospechado por la media rusa. Pero los de mayor poder adquisitivo trajeron los carísimos superdeportivos de factura alemana, italiana e inglesa. Ahora, los rusos quieren sus propios bólidos y el Marussi B1 es el ejemplo viviente. Tiene diseño atractivo, mecánica híbrida y supera con facilidad los 200 km/h. Sin dudas un buen comienzo.
Gracias a la colaboración de Renault con Automóviles Vaz, el Marussia B1 aprovecha para la propulsión un V6 diesel de 3.5 litros de desplazamiento, doble árbol de levas en cabeza y cuatro válvulas por cilindro (24 en total). Este se une a un motor eléctrico que en conjunto generan 300 CV de potencia, con un par motor máximo de 330 Nm.
La transmisión, dirigida al tren trasero, es a través de una caja de cambios automática de seis velocidades. La velocidad tope alcanza los 250 km/h, mientras que acelera de 0 a 100 km/h en 5.0 segundos.
Las suspensiones delantera y trasera son independientes, mientras que su sistema de frenos se presenta con discos ventilados en las cuatro ruedas. El peso homologado es de 1 100 kilogramos y su precio oscila los 150 000 dólares, unos 100 000 euros. Todo un intento de la industria automotriz rusa por insertarse en el difícil mundo de los superdeportivos. Veremos.