Motorama: cuando GMC era soñar

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:42
Créditos
Jorge Esténger Wong

Durante sus años de apogeo, allá por los cincuenta, Motorama era un mensaje del optimismo de postguerra a millones de curiosos y ávidos espectadores. En ese momento todos creían en los sueños que veían delante y Detroit (con GMC) a la cabeza se convirtió en el Hollywood del automóvil. Las raíces de Motorama se extienden hasta 1904 cuando se veneró en Macy´s el exquisito diseño de los mejores autos europeos de entonces.

Ya en 1917, y a despecho de la Primera Guerra Mundial, Cadillac; Packard y otras marcas norteamericanas ganaron acceso al Annual Automobile Saloon en los principales hoteles de New York.

Después de la Gran Depresión, GMC comenzó a realizar exhibiciones de sus modelos en producción en el Waldorf Astoria para los más altos Ejecutivos y Banqueros. De ahí tomó forma final Motorama que ya en 1953 incluyó por primera vez los llamados Dream Cars ó Autos de Ensueño, y que hoy llamaríamos secamente ”concept“. Ese año se hizo una muestra a un costo de 5 millones de dólares, durante seis meses y por seis grandes ciudades de los Estados Unidos. Como complemento a sus modelos en producción GMC introdujo por primera los Dream Cars, como una atracción más. Siete de ellos fueron intrascendentes, pero el Chevrolet Corvette resulto un impacto tan devastador que fue llevado directamente a la línea de producción y resultó un éxito tan espectacular que todos conocemos su larga historia y plena vitalidad, siendo aún un baluarte de la compañía.

El éxito de Motorama creció por varios años durante la década de los cincuenta, se destaparon increíbles diseños e innovaciones. Muchas nunca fueron viables, otras se fueron incorporando a los modelos de producción. Con el tiempo la Televisión, como medio de entretenimiento masivo, hizo al público reacio a pagar por ver exhibiciones en vivo de los modelos que tanto se repetían en comerciales durante sus show preferidos. Así, Motorama cerró sus puertas en 1961 sin ningún Dream Car en exhibición. Hoy para muchos como Joe Bortz (antiguo dueño de club en Highland Park, Illinois y líder de los fanáticos a los Autos de Ensueño por más de 25 años) ellos… “ marcan el punto más alto del diseño automotor norteamericano. Ellos son como los Van Gogh del mundo automotor“.
Bueno, bueno. Sin excesos.

Créditos
Jorge Esténger Wong