Influidos por la industria automotriz norteamericana, que entonces campeaba por sus respetos dentro del universo automotor mundial, los constructores japoneses comenzaron a fabricar automóviles grandes (verdaderos ”cruceros“ en las carreteras). Y a pesar de que no fue ni es característico el gigantismo en los automotores nipones, se hicieron y todavía se hacen algunos, la mayoría de los cuales quedan como clásicos. Uno de ellos es el Nissan Presidente, producido entre 1965 y 1973.
Nissan, una de las más prestigiosas marcas de vehículos japoneses (autos, camiones…) sacó su modelo Presidente en 1965, un carro grande y de lujo que competía en la gama del Lincoln y el Cadillac estadounidenses, aunque sin muchas posibilidades según sus características técnico operativas. El motor, de casi cuatro litros (3 989 cc), era de ocho cilindros en línea y daba 169 caballos de fuerza (CV) a 5 000 rpm.
La transmisión está articulada a través de una caja automática de tres velocidades con tracción al tren posterior. Su enorme peso de más de tonelada y media (1 605 kilogramos), apenas le permitían acelerar de 0 a 100 km/h en más de 12 segundos (12.1) y alcanzar una velocidad máxima de 185 km/h en restas bien largas. Los frenos delanteros de discos macizos y los traseros de tambor.
El modelo Presidente de Nissan se fabricó hasta 1973 y tuvo una versión más económica que venía con motor de seis cilindros en línea, pero sin conseguir las prestaciones antes señaladas.