Regreso, sexto día.
Hoy hicimos un viaje tranquilo y cómodo, el trayecto fue bastante corto entre las provincias Camagüey-Ciego de Ávila. Recorrimos unos 113 km por la carretera central con rectas extremadamente largas. Famosa es en Cuba la recta Florida-Camagüey, que por momentos parece interminable. El Peugeot 308 sigue yendo muy bien, y lo sorprendente es que desde Guantánamo no echamos combustible.
Desde el último repostaje, en Guantánamo, hasta llegar a Ciego de Ávila hemos recorrido 768 km. Cuando rellenamos en Ciego cupieron en el tanque 49 litros, para un consumo de 15.67 km/l. Mucho más económico que en la prueba de Baracoa-Guantánamo, donde solo promedió 13 km/l.
Claro, cada vez llevamos menos equipaje (repartimos afiches, almanaques, pulóveres, catálogos y revistas que se nos van acabando por el camino) y las condiciones de la carretera son más favorables (mucho tiempo con ligeras inclinaciones hacia abajo y el viento a favor). Esto se nota en la velocidad de los ciclistas que promediaron hoy casi 50 km/h.
Otro aspecto destacado en el Peugeot 308, además de la economía, es la fiabilidad. Desde que arrancamos en Ciudad de la Habana con destino a Baracoa, hasta este sexto día de regreso con estancia en Ciego de Ávila no nos ha dado ni el más mínimo problema. Es más, solo hemos abierto el capó para que algunos interesados vean el motor.
Mañana será un día difícil para los ciclistas, que tienen dos etapas (una por la mañana y otra por la tarde) pero para nosotros será más tranquila la jornada y la aprovecharemos para que dos choferes profesionales de Transtur (empresa cubana que atiende el transporte turístico) lo prueben y nos transmitan sus opiniones. Ellos también van en la Vuelta, manejándole a la prensa que cubre el evento.