
Después de mucho bregar, tal parece que la particular Odisea de Saab llega a su fin. O por lo menos buena parte de sus tribulaciones, toda vez que la marca escandinava ha sido adquirida por el consorcio sueco con capital chino y japonés National Electric Vehicle Sweden (NEVS), que se dedica a la fabricación de vehículos eléctricos.
Aunque ninguna de las partes ha revelado el monto final de la operación (que podría rondar los 200 millones de euros), si se ha hecho público que la compra incluye la factoría de Saab en Trollhättan y la propiedad industrial del modelo 9-3, además de las divisiones Saab Automobile Tools y Saab Powertrain. No así los derechos de fabricación de los coches 9-5 y 9-4X, ni tampoco la filial de piezas, recambios y posventa, denominada Saab Automobile Parts.
Respecto a su nuevo dueño, cabe decir que NEVS es una compañía creada específicamente para la adquisición de Saab, cuyos principales propietarios son el fondo de inversión japonés Sun Investments y la empresa energética china National Modern Energy Holdings.
De ahí que su proyecto pasa por reconvertir a Saab en un fabricante de autos eléctricos Premium, cuyo primer vehículo nuevo, basado en el 9-3, podría llegar entre 2013 o 2014, teniendo presumiblemente en el gigante asiático su principal mercado, tal como destacó el primer accionista de NEVS, Kai Johan Jiang: ”Los clientes chinos demandan coches eléctricos 'premium' y eso es lo que Saab puede ofrecerles“. Desde el pasado mes diciembre, Saab se encontraba en quiebra con un ”agujero“ patrimonial de 13 000 millones de coronas (unos 1 451 millones de euros al cambio actual), apenas dos años después de que su anterior matriz, General Motors, vendiera la corporación a Spyker Cars y aunque le habían salido muchas novias, las dificultades en las negociaciones hacían prever lo peor para el fabricante sueco, que en definitiva podría ver a partir de ahora la luz al final del túnel.