Tras apuntalarse como el segundo mayor fabricante automotriz del mundo durante 2007, el consorcio japonés Toyota busca consolidarse como uno de los gigantes de la industria automotor.
Según las estadísticas dadas a conocer recientemente por la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), Toyota ocupó la segunda plaza de la producción mundial de vehículos durante el curso precedente, con 8,53 millones de unidades, un 6,22 por ciento más que en 2006, por detrás de General Motors, que encabezó la lista con 9,35 millones de unidades (+4,3%).
Sin embargo, si a las cifras de la multinacional nipona se hubiera adicionado la producción de sus marcas Daihatsu (856 171 vehículos) e Hino (106 893 unidades) Toyota se hubiese situado como primer fabricante mundial con una producción de 9,49 millones de vehículos.
Tal vez en aras de formalizar ese grado en el escalafón, la compañía japonesa sigue adelante con su estrategia de crecimiento al alcanzar un acuerdo –según informó en un comunicado– con la empresa Wesco Investments para hacerse a finales del presente mes de agosto con el cien por ciento del capital de su filial sudaficana, que desde 2005 exporta el modelo Hilux al resto de África y a Europa y el Corolla desde 2007.
A través de este acuerdo, la corporación nipona se hará con los activos de Wesco (25%) en la empresa conjunta Toyota Sudáfrica. La firma señaló que esta operación le permitirá mejorar su estructura, así como su producción, ventas y exportaciones en este país, donde comercializó 153 000 vehículos durante el pasado ejercicio.