Tren Crucero del Ecuador

Creado: Mar, 22/12/2015 - 12:25
Créditos
Willy Hierro Allen
Tren Crucero del Ecuador

Cada año, el Grupo Excelencias ofrece sus Premios. A principios de 2016, se darán a conocer los Premios de 2015. Uno de los premiados el año pasado, fue el Tren Crucero del Ecuador, un ferrocarril pintoresco, lleno de sorpresas, que los visitantes de todas partes adoran tras viajar en él.  

El ferrocarril ecuatoriano empezó a construirse en 1873, con una vía férrea de 41 km entre Yaguachi y Milagro. Dos décadas más tarde (1895) se retomó la obra y en 1897 se fundó The Guayaquil and Quito Railway Company, dando inicio a la construcción de la siguiente fase vial con el ferrocarril del sur.

Al llegar la línea férrea al cerro Nido del Cóndor, tropezó con un accidente geográfico hoy llamado Nariz del Diablo, cuyo paso hizo que esta vía fuera reconocida en todo el mundo por la complejidad de su construcción. Con el tiempo, el sistema ferroviario fue decayendo debido a la dura competencia del transporte automotor. Al deterioro (1975) contribuyó además la falta de apoyo gubernamental.

En 2008, el ferrocarril fue declarado patrimonio cultural y la red ferroviaria como ”Monumento Civil y patrimonio histórico, testimonial, simbólico“, lo cual dio inicio a un largo proceso de recuperación. Su readecuación para el turismo es hoy uno de los atractivos emblemáticos de la oferta turística del Ecuador para el mundo.

El Tren Crucero

Para la nueva conceptualización, solicitaron a varias compañías de diseño que, según los requisitos exigidos, realizaran un proyecto turístico para el Tren Crucero. En este ferrocarril, cuyo viaje dura cuatro días y tres noches, se debían tener todo tipo de comodidades, tradición, cultura y costumbres, en una ruta que va desde Quito a Guayaquil, uniendo por vía férrea la sierra y la costa ecuatoriana.

A bordo del tren hay cafetería, tienda de recuerdos, servicio electrónico y conexión a internet, así como salones con ventanas vidriadas para disfrutar del paisaje.

Las noches se pernoctan en haciendas tradicionales que están a la orilla del camino de hierro, donde ofrecen hospedaje y alimentación a los viajeros del tren. El recorrido tiene aproximadamente 450 km, con ascensos de 3 600 m para cruzar los Andes y luego bajar a la costa del Pacífico. Los paisajes, la sensación de los climas diferentes y la interacción con las comunidades indígenas, hacen de esta ruta una experiencia única.

Créditos
Willy Hierro Allen