Después de los éxitos conseguidos con los modelos TR2 y TR3, en la década del 50 del siglo pasado, la marca inglesa Triumph fabricó el deportivo TR6, desde fines de los 60 hasta mediados de los 70, con un motor y una potencia mayores que sus predecesores. Hoy traigo la versión más potente de las tres que se fabricaron del TR6 en esos ocho años de producción.
La carrocería de este modelo es mucho más moderna y dinámica, acorde al estilo que primó en esos años, con autos diseñados a base de líneas rectas, muy poco sinuosas, que formaban un elemento compacto delantero (con los guardafangos y el capó) y otro trasero (con los guardafangos y la tapa del maletero). Conjunto de luces simples y grandes, ahorro de cromos, defensa delantera fina y volumétrica detrás.
Aquel motorcito de cuatro cilindros, fue sustituido por uno de seis cilindros en línea, de dos litros y medio (2 498 cc) de cubicaje. Este motor daba ya 142 CV a 5 500 rpm. Y su velocidad punta llegaba ahora a los 200 km/h. La caja de velocidades con cuatro marchas y la tracción posterior.
Con su peso de poco más de una tonelada (1 090 kilogramos), importante elemento en cualquier deportivo, la mayor motorización y potencia le permitía una aceptable aceleración. Partiendo de 0, alcanzaba los 100 km/h en 9,3 segundos. Sus frenos eran de disco delante y de tambor detrás.
El Triumph TR6 tuvo mucho éxito, quizás no fue tan popular como sus predecesores, pero sí lo suficiente para fabricar y vender nada menos que 94 600 unidades y, con el tiempo, convertirse en uno de esos clásicos deportivos ingleses que tanta gloria dieron a Gran Bretaña en las competencias automovilísticas internacionales.