Una motocicleta para Frankestein

Creado: Lun, 03/06/2013 - 01:47
Créditos
Willy Hierro Allen
Una motocicleta para Frankestein

El señor Mark Walker fue corredor de motocicletas en los años ’80 del siglo pasado y tras su experiencia en el arte de la velocidad y el banqueo, procedió a fabricar motos de carrera; así estuvo hasta un buen día que decidió saltarse las reglas y construir la moto de sus sueños, algo insólito, fuera de serie y de toda regla, un verdadero monstruo sobre dos ruedas capaz de asustar al más valiente.

La bautizó como Big Ned y es un amasijo de hierros con aluminio, repleto de tornillos con soldaduras por todas partes, algo digno de verse con la única condición de no imitarse. Para su movimiento, Walker le montó un gigantesco motor rotativo de tres litros de cilindrada y 200 CV de potencia, encima de un caballo medieval que muestra su armadura en un frontal achatado para colocar el número.

Este singular artilugio dispone de un solo asiento (probablemente nadie se atreva a acompañar al suicida que la vaya a montar) y unos grandes tubos de escape que, según reza el artículo original, son extintores de incendios adaptados convenientemente a las exigencias del motor. No luce ningún aditamento estético porque creo no lo necesita ni es conveniente.
Tampoco he podido distinguir algún rasgo de ergonomía en toda la motocicleta ni practicidad alguna, es un artefacto con las piezas colocadas en el más perfecto desorden, sin ton ni son. El mayor asombro es que funcione y que un intrépido motociclista (tal vez Frankestein) le tomara el manubrio para conducirla por calles y carreteras, con esos 200 CV de potencia entre las piernas.
 
El señor Mark Walker, en el otoño de su vida, se ha hecho famoso con esta motocicleta suya y ha conseguido que se hable de ella, tanto en Sidney (Australia) como en el resto del mundo del motor sobre dos ruedas.

Créditos
Willy Hierro Allen