La noticia consigna la esperanza: Volkswagen podría ser la punta de lanza para la recuperación automotriz de México, con el lanzamiento de un nuevo sedán compacto producido exclusivamente en ese país, donde la compañía alemana invertirá unos 1 000 millones de dólares.
Al menos así lo dejó entrever el presidente ejecutivo de la filial de VW, Otto Lindner, quien bautizó al modelo simbólicamente como el ”auto del bicentenario“, toda vez que saldrá al mercado a mediados del 2010, año en el que México conmemora dos siglos del inicio de su gesta por la independencia.
El nuevo vehículo, del que no se conocen más detalles, será fabricado en la planta mexicana de VW en Puebla, donde se producen unas 1 800 unidades diarias de los modelos Bora, Variant, Jetta y Beetle.
Ya sobre la importante inyección de capital que prevé realizar la multinacional germana, Lindner aseguró que ”solo en el aumento de la capacidad de producción en Puebla estamos invirtiendo más de 400 millones de dólares. El resto se destina a la modernización de las líneas de producción existentes, así como al desarrollo del nuevo sedán.“
En México, la producción automotriz cayó un 42,9% durante los primeros seis meses del año, afectando seriamente a un sector que genera la quinta parte del Producto Interno Bruto del país y brinda empleo al 9% de los trabajadores de la industria manufacturera, con beneficios para tres millones de familias. La caída respondió, en gran medida, al desplome del 30% que sufrió la demanda en ese mercado, donde Volkswagen solo perdió un 8% de ventas, para ascender al primer lugar en las matriculaciones de autos.
No en vano, en 2008, la filial de VW fabricó un récord de 450 802 unidades, el 80% de las cuales se destinó al mercado de exportación. Los cálculos de la empresa es que la producción total del complejo de VW en México aumente a unos 550 000 vehículos anuales. Algo ciertamente esperanzador.