La marca de automóviles está desarrollando un sistema de carga por inducción para vehículos eléctricos, en colaboración con la empresa belga de tecnología, Flanders Drive. Así, continúa en su apuesta por potenciar los vehículos eléctricos tras la creación del modelo C30. No es el único fabricante de coches que busca desarrollar una tecnología de este tipo, ya que la británica Rolls-Royce está investigando la fórmula para hacer realidad este proyecto, tras la creación del Phantom 120EX.
El sistema requiere la instalación de una placa subterránea en el garaje, que a través de la inducción recargaría la batería del vehículo y que se denomina CED cuyas siglas en inglés significan 'Tracción eléctrica continua'. La placa integrada en el suelo posee una bobina que crea un campo magnético, que cuando el vehículo está aparcado sobre él recarga la batería sin necesidad de cables.
La energía transferida es corriente alterna, por lo que el vehículo lleva un convertidor que la transforma en continua. De este modo, los técnicos calculan que la batería podría estar cargada completamente en 80 minutos.
Sin embargo, es todavía un producto que se encuentra en desarrollo, porque no pueden asegurar un funcionamiento fiable.