Tengo que reconocer que esta noticia me da un poco de nostalgia, máxime cuando he disfrutado desde la adolescencia de motocicletas con propulsores ”two stroke“. Además, nadie puede cuestionar que las batallas en las legendarias 500 (de dos tiempos) fueron épicas y más de la mitad de las carreras, en una temporada, se decidieron en la última vuelta. Pero eso es agua pasada, como pronto lo será la 250, que pasará a llamarse Moto2 con motores de cuatro tiempos y un desplazamiento de 600 cc.
Esto será para 2011, pero desde 2010 se podrán ver, como sucedió en la categoría reina (2002), compartir parrilla 250 y 600. Sin embargo, lo que me ha dejado impresionado es el nuevo reglamento, que a mi modo de ver las cosas es sumamente práctico y económico, en comparación con los actuales costos del cuarto de litro. Fíjese como lo veo, que me atrevo a decir que lo único que le faltaría a esa nueva categoría para que fuese la mejor, es que en ella corra Valentino Rossi.
Aquí les va el reglamento:
Los únicos elementos de las motos que saldrán de un laboratorio serán el chasis, la amortiguación, depósito de combustible, asiento y sistema de refrigeración. Estos harán la diferencia entre la nueva categoría, Moto2, y la actual Supersport.
Además, tendrán una centralita única y menos electrónica, donde no se incluye el control de tracción de MotoGP. En bóxer solo habrá una moto por piloto y un máximo de dos motores disponibles. Las revoluciones se limitarán, electrónicamente, a 16 000 rpm para los de cuatro cilindros, a 15 500 para los de tres y a 15 000 a los de dos. Algo importante es que no se podrán usar discos de freno de carbono. Aún así, los tiempos serán similares a los de los actuales 250 y mejores que los de las conocidas Supersport.
Y ahora viene la tapa al pomo. Cualquier equipo podrá comprar durante la hora siguiente de finalizada cada carrera el motor de cualquier rival de la parrilla, a un precio establecido de 20 000 euros. ¿Qué les parece?
Todas estas medidas reducirán considerablemente los costos y dará la oportunidad de que equipos satélites puedan ganar carreras, algo que ahora mismo ha quedado en el olvido.
Para que se tenga una idea. Aunque no se sabe el precio exacto, el costo de una Moto2 no excederá los 125 000 euros, la cuarta parte de lo que cuesta una Aprilia 250 (500 000 euros). Sin olvidarnos del presupuesto necesario para una temporada (incluye dos motos por piloto y los recambios para toda la temporada) que frisa el millón doscientos mil euros.
Este es un gran paso de la FIM, que busca el camino para no caer en el abismo, porque no se puede seguir gastando millones por temporada y brindar espectáculos tan pobres. Que se ponga el sayo la MotoGP, porque como bien dice mi amigo Bebo, si se va Valentino poco habrá que ver en la prueba reina. La parrilla está raquítica y la diferencia entre las motos es enorme.