La línea férrea del cosmódromo Baikonur es decisiva en los viajes al espacio exterior. Es también la vía ferroviaria industrial más larga de la Tierra.
Sin los trenes, quizás el famoso cosmódromo no fuera tan significativo. Es el primero y el más grande del mundo, con una superficie de 6 717 km2 y, aunque se encuentra en Kasajistán, se trata de un enclave ruso.
Comenzó a construirse en 1955 y uno de los factores decisivos para elegir su ubicación fueron las líneas de trenes que ya existían allí. Los ramales ferroviarios hicieron más simple el transporte de los materiales durante la construcción y, luego, el de los cohetes.
Desde Baikonur se lanzaron las naves espaciales tripuladas de tipo “Vostok”, “Voskhod” y “Soyuz”; la estación orbital de tipo “Salyut”, “Mir”, el sistema de uso múltiple “Energia” - “Buran”, naves espaciales interplanetarias y satélites artificiales de la Tierra.
Pero esto no pudiera entender sin los trenes: los cohetes llegan al cosmódromo cargados en vagones tirados por locomotoras… además hay más curiosidades allí.
-La parada sigue manteniendo el antiguo nombre que se le dio a la instalación: Tyuratam.
-Con casi 450 kilómetros de vía, la de Baikonur es la instalación ferroviaria industrial dedicada a un único uso más larga del planeta.
-Y como transportar cohetes no es nada fácil, se requiere un ancho de vía también diferente, lo que obliga a hacer cambios para entrar en otros ramales.
-Además de 470 kilómetros de vías férreas, cuenta con más de 1 200 kilómetros de carreteras y dos aeropuertos
Hoy día, el cosmódromo es también un importante centro de interés turístico y muchos deciden hacer el viaje hasta allí sobre rieles. Almaty, la ciudad más grande e importante de Kazajistán (aunque ya no es la capital), está a 1 447 en kilómetros en tren del cosmódromo. Muchos turistas cogen esta línea al año para conocer la instalación, aunque el viaje no es precisamente sencillo: requiere 27 horas y es necesario hacer varios transbordos.
Baikonur no se puede comprender sin las líneas férreas que lo comunican, por lo que, al espacio exterior, se llega (primero) en tren.
