Gremlins en el aire

Creado: Mié, 28/08/2019 - 13:32
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Amparo López Rego
Gremlins en el aire

Los Gremlins, revoltosos personajes míticos, nos resultan conocidos por su presencia en el cine, pero hay quienes contaron de encuentros más cercanos.

¡Ah, los Gremlins!, esos traviesos personajes míticos, tan familiares por su presencia en el cine para nuestro deleite. Recordemos la serie televisiva The Twilight Zone (Dimensión Desconocida en español) y las películas Gremlins y Hotel Transilvania entre otros; están en la música y la literatura y por si fuese poco, hasta en juegos de cartas y video juegos.

Del origen del término Gremlin, si bien no hay una respuesta definitiva, hay quienes suponen que deriva de la antigua palabra inglesa Greme, que significa molestar.

Las apariciones de Gremlins comenzaron a relatarse por los pilotos británicos de la Real Fuerza Aérea (RAF), durante la Primera Guerra Mundial, y luego de finalizada la contienda, entre aquellos estacionados en la isla de Malta, el Medio Oriente y la India, los cuales informaron haber visto pequeñas criaturas en las cabinas o en las alas de sus aviones.

Los Gremlins, revoltosos personajes míticos, nos resultan conocidos por su presencia en el cine, pero hay quienes contaron de encuentros más cercanos.

Estas historias se repitieron durante la Segunda Guerra Mundial también entre los miembros de la RAF; culpaban a los inquietos seres de accidentes inexplicables durante los vuelos y se reportaron incidentes de esa naturaleza en aviones no solo de los Aliados sino también del eje fascista.

Un piloto norteamericano a bordo de un Boeing B17, notó que de la nave colgaba un singular pasajero al cual describió de unos 3 pies de altura, brazos anormalmente largos, piel gris sin vellos, ojos rojos, boca abierta repleta de dientes y orejas puntiagudas.

Pero lo cierto es que mientras para algunos intrépidos y valerosos soldados del aire, los Gremlins resultaban destructivos y peligrosos pues bebían combustible, mordían cables y agujereaban las alas del avión, para otros se manifestaron como benévolos e incluso útiles compañeros de vuelo que ayudaban a evitar choques y otros percances.

Y tanto así fueron preciados, que, por ejemplo, el autor e historiador norteamericano Marlin Bressi declaró: “Estos imaginarios Gremlins jugaron un rol significativo entre los hombres de la RAF; levantaron la moral entre los pilotos, lo cual ayudó indiscutiblemente a repeler a la Luftwaffe (la fuerza aérea alemana) cuando la invasión a Britania en el verano de 1940”.

Gremlins en el Boeing B17

Numerosas historias de estos encuentros han quedado registradas, entre ellas la del célebre aviador, autor, inventor, explorador y activista social norteamericano Charles Lindbergh.

De su histórico vuelo sin parada en 1927, que lo llevó a cruzar el Atlántico, desde Nueva York a Paris —una épica travesía de 5 800 km, 33 y media horas de vuelo y el primer vuelo de este tipo— Lindbergh relataría muchos años después sus vivencias con Gremlins a bordo de The Spirit of St. Louis, su monoplaza de un solo motor.

En 1952 declaró que estos habían aparecido en su cabina, lo mantuvieron alerta, exhibieron un avanzado conocimiento sobre la aviación y le aseguraron en todo momento que completaría su viaje exitosamente.

En su libro The Spirit of St. Louis (1953) el aviador los muestra más como formas espirituales que materiales, formas con las cuales conversó durante horas en las que recibió un significativo conocimiento de naturaleza mística.

Si bien hay quienes juzgan lo anterior como desvaríos ocasionados por las numerosas horas de vuelo en solitario, no es menos cierto que Lindbergh vistió su relato con intensa seriedad.

Entonces… ¿Alucinaciones? ¿Apariciones provenientes de imaginaciones hiperactivas en el fragor del combate o en momentos de desesperanza y agotamiento? ¿Cuentos de sobremesa que se extendieron de tripulación en tripulación para convertirse en mito? ¿Fantasmas, demonios, entes reales provenientes de quién sabe dónde? Hay para escoger.

De tal suerte, si llegado el momento, estimado lector, al mirar por la ventanilla del avión en medio de una turbulencia, divisa a estos bulliciosos trepados en una de las alas o haciendo muecas desde el otro lado del cristal, no tema; si en esos lejanos tiempos no consiguieron abatir nave alguna, no les será fácil hacerlo ahora.

Después de todo, recuerde que para muchos los Gremlins, a pesar de sus trastadas y mostrar ese aspecto que amedrenta, resultaron héroes de guerra.

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Amparo López Rego