Hay tradiciones navideñas que todos conocemos, como las cenas familiares interminables, los villancicos o las uvas de Nochevieja. Igualmente se conoce la tradición de Hennessey Performance en Texas, que consiste básicamente en atar un abeto al techo de un hiperdeportivo y pisar el acelerador hasta que la física pida clemencia. Este año, el preparador estadounidense ha vuelto a superarse logrando récord de velocidad para un coche con un árbol de Navidad encima.
El protagonista de esta locura festiva ha sido el nuevo Chevrolet Corvette ZR1, una bestia equipada con un motor V8 biturbo de 5.5 litros que ha sido preparada para alcanzar los 1.064 CV de potencia. El piloto Spencer Geswein logró alcanzar unos impresionantes 315 km/h (196 mph) en la pista de Chase Field, llevando en el techo del superdeportivo un árbol de 1,7 metros de altura, decorado con más de 200 luces y cintas festivas.
Este hito supone la séptima vez que la compañía realiza esta prueba, superando su propia marca anterior lograda en 2022. En aquella ocasión, utilizaron un Ford Mustang Venom 1000 que alcanzó los 309 km/h, pero la dinámica del nuevo Corvette ha permitido subir el listón.
Alex Roys, presidente de la compañía, reconoce que esta acción se ha convertido en una de sus tradiciones más divertidas. Para ellos, este evento es un recordatorio necesario de que el mundo del motor debe ser ruidoso, divertido y tener ese punto de locura que a veces se pierde entre tanta ficha técnica. Ver un Corvette cruzando una pista de aterrizaje a más de 300 km/h con un árbol en el techo es, sin duda, la definición gráfica de esa filosofía.
El récord se ha establecido de forma oficial y el árbol, sorprendentemente, llegó a la meta de una pieza, aunque probablemente con algunas agujas menos.
