El piloto de Honda, Marc Márquez, puede certificar su sexta corona del Campeonato Mundial de MotoGP dentro de pocos días en Tailandia.
Después de lo que ha hecho este domingo Marc Márquez en Motorland, solo un verdadero cataclismo pudiera interponerse entre el piloto de Honda y su sexto título mundial en MotoGP, cuando tome la salida el próximo 6 de octubre en el Gran Premio de Tailandia con una cómoda ventaja de 98 puntos.
En Alcañiz, el español bordó el guion esperado. Primero, por la potencia y el dominio exhibido en los entrenamientos, y luego por su incontestable triunfo en la pole position que le devolvió a la primera línea de la parrilla, tras el rifirrafe con Valentino Rossi de la anterior carrera en Misano.
Apagados los semáforos, Márquez embocó hacia una hilarante vuelta inicial tan cercana a la perfección, que al cruzar por primera vez la meta ya le sacaba un segundo al resto de la peña. Para la anécdota queda el amanecer lluvioso, y calzando goma blanda en su llanta trasera, se dispuso a disfrutar en un trazado con el que ha mantenido un idilio triunfal en las últimas cuatro presentaciones.
Los primeros que intentaron cazarle fueron Jack Miller (Ducati) y Fabio Quartararo (Yamaha), pero no tardaron en percatarse que el verdadero reto del día era completar el podio. Así, a las espaldas del líder del Mundial quedaba el campo de batalla, en el que Alex Rins (Suzuki) sacaba a Franco Morbidelli (Yamaha) de carrera y era castigado por conducción temeraria, mientras que Andrea Dovizioso comenzaba a descontar posiciones, amparado en la mayor velocidad punta de su Ducati en la larga recta del circuito.
La falta de potencia en ese tramo le pasó factura a la Yamaha de Maverick Viñales, que se quedaba fuera del podio justo por delante de Quartararo, al tiempo que Rossi tenía que conformarse con escoltar a un notable Aleix Esparragó (Aprillia), dueño del séptimo puesto. Lo peor volvía a tocarle a Jorge Lorenzo (Honda), esta vez el último de la clase.
Fue tan demoledor el ritmo de rodaje, que los cinco segundos de ventaja con que Márquez divisó la bandera de cuadros le permitieron bajar las revoluciones a su máquina, subirse al lomo de su Honda y simular una pesca, mientras que sobre el muro sus mecánicos le agradecían el gesto cómplice.
En cuestiones de números, la carrera también le fue redonda. Era su presentación 200 en la prueba reina del motociclismo de velocidad y terminó siendo su octava victoria del curso. Menos en Austin, ha zanjado el resto con al menos un segundo puesto, lo que le pone a un pie de su sexta corona de la categoría, o la octava si se suma todo su historial.
Dentro de dos semanas, en el circuito de Buriram, otro triunfo le abriría las puertas de la gloria. Sin victoria, le bastaría sacarle solo dos puntos a Dovi. Entonces, solo queda esperar.
Gran Premio de Áragon
Clasificación Mundial MotoGP 2019
