Sin discutirle el título al croata Luka Modric, en lo que a medios de transporte se refiere, el Balón de Oro, en el recién finalizado Mundial de Fútbol Rusia 2018, se lo ganó el ferrocarril. Más de 700 trenes —tanto en largas, medias como cortas distancias— posibilitaron el traslado de fanáticos de cientos de países llegados a la nación euroasiática para vivir no en HD, sino de cerquita, el más universal de los deportes.
Por un sistema vía Internet, bien estructurado —para aquellos que contaban con boletos de partidos y pasaporte de aficionado (FAN ID)—, la Dirección de Transporte de la Copa Mundial de la FIFA de Rusia 2018 puso en marcha la reserva de boletos gratuitos hacia los estadios y desde los estadios. Para asesoría a los fanáticos se desarrolló la Guía de transporte para el fan, y se habilitó un sitio web y una aplicación móvil.
Los ferrocarriles rusos apoyaron con alrededor de 500 trenes adicionales en los trayectos de una a otra de las 11 ciudades sedes: Moscú (como principal), Kaliningrado, San Petersburgo, Volgogrado, Kazán, Nizhni Nóvgorod, Samara, Saransk, Rostov del Don, Sochi y Ekaterimburgo.
Con una cobertura de traslado de miles de miles de personas, en diversas modalidades, se utilizaron vagones de una y dos plantas, trenes eléctricos Lastochka y trenes de alta velocidad Strizh, formados por coches-camas dotados de aire acondicionado y baños secos ecológicos; además de otros complementos de la red ferroviaria: metros, tranvías, trolebuses…, con altos estándares de confort y seguridad.
El reto de transportación de los amantes del fútbol que asistieron al Mundial para animar a su equipo no hubiera sido posible asumirlo sin ayuda de los trenes…, así que es un Balón de Oro más que merecido para los Ferrocarriles Rusos.