Iniciar con tono épico para contarles sobre el tren turístico de Arganda del Rey no es casual; pues se trata del empeño de un grupo de soñadores del ferrocarril: el Centro de Iniciativas Ferroviarias, Vapor Madrid (previo convenio de colaboración con el Ayuntamiento). Sus miembros conforman en 1987 esta asociación, de carácter no lucrativo, con el propósito de desempolvar historias del mundo de los trenes en España, para aquellos que deseen conocerlas y vivirlas.
El punto de partida: fragmentos del trazado del antiguo Ferrocarril del Tajuña —activado en 2001 luego de varios años desde que se clausurara el último tramo de línea en 1997—, cuyo accionar inicia en 1886. Fue el primero de vía estrecha en Madrid, su recorrido llegó a abarcar desde la estación del Niño Jesús hasta Alocén, Guadalajara.
Revolucionó el sureste de la región, ya que resultó trascendental para la expansión económica de la zona, dio conectividad al trabajo fabril; en tanto, la estación de La Poveda devino en importante centro de actividad y comunicación con otras regiones.
El museo, que se ubica en la propia estación, descubre no solo recuerdos de varias épocas a través de fotos, utensilios, sino que también expone la personalidad y evolución de un sector con identidad: uniformes, gorras, insignias, banderolas, billetes kilométricos, faroles, aceiteras para motores y ejes, válvulas de presión para las locomotoras, entre otros muchos de un increíble universo.
Asimismo, diríamos que la maravilla se extiende por todo el viaje, en el que como un museo secuencia se disfruta de diversos detalles patrimoniales ferroviarios.
De aproximadamente 4 km de trayecto, cerca de 45 minutos, cubre desde la estación de La Poveda en Arganda del Rey hasta el apeadero de la Laguna del Campillo en Rivas-Vaciamadrid (único tramo del Ferrocarril del Tajuña recuperado). Atraviesa el Parque Regional del Sureste; y uno de los momentos atractivos, sin duda, es el paso por el puente de hierro de 175 m de longitud sobre el río Jarama.
La primera locomotora que operó —adquirida y restaurada por Vapor Madrid en 1990—, Henschel Arganda, fue fabricada en 1925 en Kassel, Alemania; con esta inauguraron
en el 2001 la invitación turística, que aún se mantiene. Pero esa no es la única locomotora que han reparado, pues disponen de varios equipos más, tanto de vapor como de diésel.
La locomotora a vapor oficial de las últimas temporadas ha sido la Áliva no. 4, que tira de clásicos vagones de madera en los que respetaron el diseño original. Máquina proveniente de la empresa alemana Orenstein&Koppel, 1926, y que perteneció a la Real Compañía Asturiana de Minas.
La propuesta del Tren de Arganda del Rey —que por velocidad máxima alcanza los 20 km/h tiene hasta un dicho popular: “que pita más que anda”— se divide por períodos: primavera (marzo, abril, mayo) y otoño (octubre, noviembre y diciembre); siempre los domingos en distintos horarios… y así continúa la épica de este histórico tren.