Uno de los autos más famosos de finales de los años 30 e inicio de los 40 del siglo pasado, fue un Mercedes-Benz W150 770k Grosser Tourenwagen, el cual utilizó Adolfo Hitler hasta su muerte. Su imagen está en noticieros cinematográficos, periódicos y revistas de la época, con Hitler a bordo.
Ante todo, hay que decir que Adolfo Hitler era amante de los automóviles (recordemos el Volkswagen) y disponía de varios coches, sin embargo, éste Mercedes-Benz era su preferido, el cual usó en los momentos cumbres de su carrera político-militar.
La primera generación de la serie 770, salió en 1931. En 1938 nació la segunda generación, a la que se denominó 770k. Este nuevo era más potente, venía con 230 CV a 3 200 rpm y tenía además una caja de 5 velocidades. La generación 770k se fabricó entre 1938 y 1943 y lo usó el “Gran Dictador” (como lo llamó Chaplin) hasta sus últimos días. En total se fabricaron 205 Mercedes-Benz de la serie 770.
Los Mercedes-Benz de la serie 770, eran enormes. Los automóviles de la primera generación, medían 5.6 m de longitud, 3.75 de batalla y 1.84 de ancho, pero los de la segunda, fueron mayores: 6 m de largo, 3.8 de batalla y 2 de ancho. Como eran tan pesados, unas 4 toneladas, consumían 60 L/100 km.
Paradójicamente, el blindaje de planchas de 125 mm y cristales de 40 mm de grueso, poco podía ayudar a la seguridad de Hitler en un descapotable. Llevaba también un gigantesco tanque de combustible (300 L) el cual era necesario debido al consumo. Pero nada era más importante para Hitler que la plataforma de 13 cm donde se paraba y saludaba a las masas.
Cuentan que muerto Hitler en mayo de 1945, un sargento americano encontró el 770k en Salzburgo (Austria), se utilizó por altos mandos del Ejército de EE.UU. y luego se envió a América. Hubo error de embarque, ya que aparecía como el coche de Hermann Göring, pero fue identificado por el Museo de la Guerra de Canadá.
En 1946 cayó en manos de un tabaquero belga, quien lo vendió por 1 800 dólares en tabaco al industrial norteamericano de Tennessee Tom Austin, que lo donó a la asociación local de Veteranos de Guerra. En 1976 fue encontrado en un garaje junto a otros autos de colección.
Un coleccionista lo restauró y se expuso en el Museo de las Antigüedades Automovilísticas Históricas de Chicago, donde se tasó por un millón de dólares. Fallecido el coleccionista, fue vendido a un hombre de negocios de Múnich. En 2009 apareció en Alemania y un misterioso millonario alemán lo adquirió por una suma no revelada. Dicen que la cifra estaba entre 4 y 10 millones de euros.
