El Viaducto La Farola es una importante ruta de transporte en Cuba y una atracción turística popular por su belleza salvaje e impresionantes vistas panorámicas.
El viaducto La Farola en Cuba es una impresionante obra de ingeniería que se ha convertido en un símbolo de la Isla. Construido entre 1964 y 1965, este viaducto serpenteante une los municipios de Guantánamo y Baracoa en el oriente de Cuba.
El recorrido del viaducto atraviesa de sur a norte el macizo montañoso Sagua-Baracoa a lo largo de 11 km, en una zona montañosa y accidentada, haciendo especialmente complicada la obra. Fue necesario utilizar técnicas de construcción de puentes colgantes, y una serie de pilares de concreto armado que fueron anclados en la roca sólida de las montañas. Es así que la carretera posee solo 6 m de ancho y, donde el terraplén no alcanzaba tal medida, se levantó sobre el precipicio con vigas y pilotes de hormigón prefabricados, elementos por primera vez utilizados en Cuba en una obra ingenieril de tal magnitud.
El viaducto consta de 11 tramos principales, que se extienden entre los pilares y que tienen una longitud promedio de 330 m. El tramo principal del viaducto, conocido como el "Puente La Farola", tiene una longitud de 456 m y una altura de 110 m sobre el nivel del mar.
A pesar de los desafíos, la construcción del viaducto fue un éxito y ha sido reconocida como una de las mayores obras de ingeniería en la historia de Cuba. Justamente por la dificultad de su construcción y la importante función que cumple al conectar e integrar con el resto de la Isla la localidad de Baracoa, fue declarada una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana y es un significativo símbolo de la región oriental de Cuba.
El trayecto resulta de aproximadamente una hora, dependiendo de la velocidad en la que se circule, sin olvidar que es una carretera de montaña, donde las curvas son las protagonistas por excelencia. Y si es época de lluvia, ¡atención! el tránsito se torna mucho más peligroso a causa de los derrumbes ocasionados parcialmente en varias de sus pendientes.
La experiencia de cruzar el viaducto La Farola es inolvidable. El camino sube serpenteando la montaña para revelar un panorama de una impresionante belleza que va desde un paisaje desértico-costero a uno dominado por la selva tropical, con dramáticas vistas, incluso de la propia carretera en su desenvolvimiento. Asimismo, abundan manantiales que propician al viajero, aparte de lo espectacular, lo refrescante del ambiente. Es decir, a medida que se recorre el viaducto, se puede disfrutar de vistas panorámicas impresionantes de la naturaleza circundante, incluyendo exuberantes bosques tropicales, cascadas y ríos cristalinos.
Si es usted de los que planea recorrerlo, le sugiero disfrutar de la experiencia de manera segura y agradable. El viaducto La Farola es una carretera montañosa y sinuosa, por lo que es importante conducir con precaución, a una velocidad moderada y seguir las señales de tráfico.
