La década del treinta del pasado siglo fue catastrófica, desde todo punto de vista. En Europa los nazis, en Estados Unidos toda la economía padece, y la industria automotriz no es la excepción. Willys ha logrado cierta solvencia con sus modelos Knight y Overland, pero eso ha cambiado al doblar la década y en 1932 la situación es tan desesperada que el mismísimo Presidente de los Estados Unidos, Herbert Hoover, le pide a John Willys que regrese para salvar su compañía.