Es difícil seguir la fatídica traza de Chrysler por la historia del automóvil. Gracias a su mala administración pasaron y quebraron no pocas firmas medianas y pequeñas, muchas europeas. Es el caso de Barreiros, el ejemplar camión español de cuya producción veremos hoy, uno de sus mejores ejemplares: el 42/20.
En 1964, Barreiros, firma un acuerdo dando entrada en las acciones a Chrysler. Por este época inauguró su planta en Villaverde, donde nació uno de sus mejores camiones el 42/20. Fue un diseño liderado por el ingeniero español Mario Gamarra que incluyó, por primera vez, una cabina Barreiros.
Se quiso un producto con las comodidades parecidas a las que se podían encontrar en un turismo de la época, y acabar con la idea de que un camión era algo tosco, incómodo y ruidoso. La cabina destacaba por su visibilidad, apenas sin ángulos muertos. Estaba realizada en chapa estampada en frío y la apertura de las puertas, de atrás hacia delante, facilitaba la entrada al interior de la cabina. Tenía cerraduras con llave en los dos lados y gracias a sus grandes estribos se accedía fácilmente a ella. La calefacción contaba con ventilador de dos velocidades, provista de antivaho. Su insonorización era por fibra de vidrio, y tela acolchada encima del capot del motor. Había una versión con literas y otra sin ellas.
El Barreiros 42/20 tenía una capacidad de hasta 12 t y su motor era el probado B26, de inyección directa, con 6 cilindros, 170 CV, y par máximo de 628 Nm. Montaba la caja de cambios 552, de 5 velocidades hacia delante y marcha atrás, siendo la quinta velocidad, superdirecta especial. Mediante la reductora se podían convertir en 10 marchas, más 2 de retroceso.
Posteriormente, estos camiones montaron la caja de cambios 813, de cuatro velocidades hacia delante, marcha atrás y reductora con dos velocidades. Hacían un total de 8 velocidades hacia delante, perfectamente escalonadas en dos series. De cualquier forma, el embrague era monodisco en seco, de accionamiento hidráulico con ayuda neumática.
Para capacitar al Barreiros 42/20 en cubrir distancias continentales se utilizó una dirección hidráulica integral ZF, más segura y cómoda para el conductor. El volante era de tres brazos, suave, estable y maniobrable. Por su parte, la suspensión era de ballestas semielípticas y en el eje delantero estaban auxiliadas por dos amortiguadores telescópicos hidráulicos.
El Barreiros 42/20 vivió los primeros años dulces de la alianza con Chrysler, que acabarían al bajar las ventas en 1967 y tomar el control la compañía yanqui que terminó siendo dueña de la mayoría de la acciones y marcando la salida de Barreiros de la empresa que había fundado.