 
Los Dodge Omni GLH marcaron un momento en los años 80 dentro del mercado yanqui. Tras finalizar su producción, en 1986, queda un último lote que tendrá un destino muy singular. Veamos.
Justo en ese entonces, Carroll Shelby crea la Shelby Automobiles, y acuerda con Dodge adquirir un grupo de 500 Omni GLH -todos de 5 puertas, con turbo y en color negro- para ser modificados.
Le introduce cambios muy radicales: motor con nuevo sistema de inducción de aire, mayor radiador, intercooler en la parte frontal, colector de admisión de dos piezas, y turboalimentador Garret T03 con presión aumentada a 12 psi e inyección multipunto. Estas modificaciones elevaron la potencia a 175 CV y el par motor a 175 lb-pie.
 Para compensar este incremento se añadió un juego de discos/tambores más grandes, pastillas de mayor duración, dirección hidráulica de piñón y cremallera de mayor precisión, barras estabilizadoras más gruesas en ambos ejes, amortiguadores Koni de ajuste manual, muelles helicoidales rebajados en 2.5 cm, neumáticos Goodyear Eagle Gatorback GT 205/50VR15 y una suspensión más dura.
Para compensar este incremento se añadió un juego de discos/tambores más grandes, pastillas de mayor duración, dirección hidráulica de piñón y cremallera de mayor precisión, barras estabilizadoras más gruesas en ambos ejes, amortiguadores Koni de ajuste manual, muelles helicoidales rebajados en 2.5 cm, neumáticos Goodyear Eagle Gatorback GT 205/50VR15 y una suspensión más dura.
A este monstruo en miniatura se le llamó Omni GLH-S, del inglés Goes Like Hell-So More, algo así como “Va como el infierno…y aún más”.
El Omni GLH-S fue tan bestial que dejó estrujados en el retrovisor a los poderosos Camaro, Firebird o Mustang contemporáneos y se igualó con los Corvette, Porsche 944 o Nissan 300ZX. Apenas demoraba 6.5 segundos llegar a 60 mph, completando el ¼ de milla en 14.7 seg y alcanzando un agarre de 0.88g en la pista de derrapes.
El Omni GLH-S tuvo una imagen dominada por el color negro. Luego se añadieron vidrios tintados, faros antiniebla BOSCH, pegatinas “CS-SHELBY-CS” en la parte superior del parabrisas y rótulos de “SHELBY” en los costados. Por supuesto, se mantenía el paquete de spoilers estándar y llantas de 15 pulgadas “Shelby Centurian” en aleación.
El interior del GLH-S estaba dominado por la combinación de negro y gris, con timón forrado en cuero, palanca de cambios MOMO también forrada en cuero, placas numerativas de edición especial, aislamiento acústico mejorado, pedales de acelerador/freno más cercanos para facilitar la maniobra de punta-tacón y una instrumentación completa en el tablero, con velocímetro graduado hasta 135 mph.
El precio de un Omni LGH-S rondaba los 11000.00 USD de la época, siendo el auto de alto rendimiento más económico disponible en el mercado norteamericano.
 
 
    
