
En 1954 Mercedes Benz presento uno de los deportivos más emblemáticos de todos los tiempos: el 300SL, con el coupé Alas de Gaviota. A su estela, Mercedes lanzo el 190, una opción más modesta y asequible.
Ambos modelos dominaron su sector del mercado y a Mercedes se le hizo claro la necesidad de un tercer modelo, en un rango intermedio. Esa fue la semilla del 230.
El desarrollo de la carrocería fue confiado al diseñador Paul Bracq. La línea es convencional y cuadrada, pero muy equilibrada y elegante. Llama en particular la atención el techo plano del vehículo y de anchos bordes -el cual le gano el sobrenombre de Pagoda, por los templos asiáticos- y las grandes ruedas, de 14 pulgadas.
El nuevo 230SL fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1963, siendo una máxima atracción.
El motor era de 6 cilindros en línea y 2,308 c.c, con una potencia de 150 CV.

Se ofrecía la transmisión manual y automática, ambas de 4 velocidades, siempre con tracción trasera. A nivel estético el 230SL retomaba el frontal del 190SL y del 300SL, caracterizado por un gran emblema de la marca en el medio.
El Pagoda fue un auto muy exclusivo, cuya producción anual nunca rebaso las 5,000 unidades y presumía de los que son considerados, posiblemente, los mejores terminados del interior y la mejor calidad de fabricación de la época.
El Pagoda tuvo tres generaciones que fueron renovando algo la imagen e incorporando mejoras mecánicas. Fue preferido de figuras tan disimiles como el Beatle John Lennon, John Travolta, el general Collin Powell o la modelo Kate Moss.
Se deja de fabricar en marzo de 1971, tras un total de 23,885 unidades y mas de la mitad de ellas fueron vendidas en los Estados Unidos, siendo, tal vez, el Mercedes “mas americano” de la historia.
