Este 8 de marzo, ExM precisa un recorrido por algunas mujeres que marcan la historia del mundo motor.
La mujer ha sido enmarcada históricamente en aquellas labores o actividades “femeninas”; sin embargo, su labor en el desarrollo de la humanidad es de meritoria relevancia. Existen nombres a lo largo de la historia universal que demuestran la impronta femenina en todas las esferas de la sociedad, enfrentándose al sexismo, la desigualdad y la discriminación. La industria transportista no escapa de ello.
Excelencias del Motor recuerda entonces algunos nombres icónicos en el mundo motor, como meritorio homenaje a las féminas en este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Bertha Benz (1849-1944)
Nació en 1849 en Alemania y fue la esposa del famoso fabricante de automóviles, Karl Benz. Es considerada la primera mujer que conducir un vehículo. El Motorwagen, un vehículo de tres ruedas con motor, invento de su esposo, no había sido probado por nadie hasta que Bertha Benz realizó en él un viaje de larga distancia acompañada de sus hijos en 1888. Durante el recorrido realizó una evaluación del auto y se dio cuenta de que los frenos tenían poca efectividad, e inventó lo que podría ser el principio de las pastillas de frenos.
Florence Lawrence (1886-1938)
Actriz de origen canadiense que en actuó en más de 300 películas. Sin embargo, la historia la recoge, además, por ser quien inventó el primer indicador de cambio de direcciones. La mayoría de los accidentes automovilísticos sucedían por no saber hacia dónde darían vuelta los autos, por lo que colocó banderas a los lados del carro, las cuales podían activarse apretando un botón desde el interior para indicar la dirección de giro del coche. Fue tan crucial su propuesta que hoy es un elemento de seguridad obligatorio en todo el mundo. Tiempo después inventó lo que ahora conocemos como luces de freno, y para eso colocó en la parte trasera del auto una señal donde se podía leer “stop”, la cual se activaba cada vez que el conductor pisaba el pedal de freno.
Dorothy Levitt (1882-1922)
La británica Dorothy Levitt logró el primer récord del mundo femenino de velocidad al alcanzar los 146,25 km/h. Convertirse en la mujer más rápida del planeta en una época en que aún faltaban 66 años para reconocer el sufragio femenino como derecho humano universal no era tarea fácil. Y hubo más: en un libro que publicara en 1909 dedicado al automóvil, ofrecía una serie de consejos como el de llevar un pequeño espejo para ver el tráfico que había detrás de sus vehículos.
Mary Anderson (1866-1953)
Nació en 1866 en Alabama. Observó en 1902 cómo los taxistas de Nueva York sufrían y se desorientaban con la lluvia mientras conducían y tuvo la brillante idea de crear un dispositivo manual que se accionaba desde el interior para limpiar el parabrisas. En 1905 Anderson intentó vender los derechos de su invento a una empresa canadiense, pero consideraron que no tenía el valor comercial requerido. En 1922, Cadillac se convirtió en el primer fabricante de automóviles que adoptó este invento como equipo estándar.
Margaret A. Wilcox (1838-?)
Nacida en Chicago, Wilcox fue una de las pocas mujeres ingenieras de su época. En 1893, con tan solo 34 años, inventó el primer sistema de calefacción para vehículos, que llevaba aire caliente desde el motor hasta el interior. Su idea ha llegado hasta nuestros días convirtiéndose en los conocidos sistemas de climatización.
Margaret E. Knight (1838-1914)
Considerada una de las inventoras más relevantes del siglo XIX, entre sus grandes aportes en el mundo del motor cuentan las válvulas de camisa, uno de los componentes clave para el desarrollo del motor rotativo. A lo largo de su vida, obtuvo 21 patentes y realizó unos 90 inventos.
Martha Coston (1826-1904)
Empresaria e inventora de la señalización marítima con bengalas. En abril de 1859 patentó un sistema de señalización codificado con mensajes que, usando diferente combinación de colores (blanco, rojo y verde), permitía a los barcos comunicarse entre ellos y también comunicarse con tierra. El sistema fue clave en el salvamento marítimo y estuvo presente en la mayoría de buques hasta la invención de la radio.
June McCarroll (1867-1954)
Enfermera y médica nacida en Nueva York, pensó en dibujar una línea divisoria que permitiría circular a cada vehículo por su carril, evitando situaciones peligrosas. Según los registros históricos de Indio (California), tras un accidente en 1917, ella misma pintó esa línea cuando iba a atender a alguno de sus pacientes.
Sophie Opel (1840-1913)
Decidió sumarse a los esfuerzos de su marido, Adam Opel, invirtiendo 10 000 marcos para comprar una máquina de vapor que permitió a la empresa poner en marcha su producción. Tras el fallecimiento de su marido, la conocida como “Mamá Opel” tuvo que hacerse cargo y sacar adelante la empresa, convirtiéndose en la primera mujer fabricante de automóviles de 1895.
Beryl Markham (1902-1986)
Fue la primera mujer en cruzar el Atlántico en un vuelo sin escalas de Inglaterra a Canadá el 4 de septiembre de 1936. El avión despegó de Abingdon-on-Thames y aterrizó en Nueva Escocia Canadá tras 20 horas de vuelo. Durante el trayecto, su avión sufrió congelaciones y falta de combustible y aterrizó forzosamente. A pesar de las dificultades, Beryl Markham se convirtió en una mujer pionera en el mundo de la aviación y abrió camino con paso firme demostrando el poder de las mujeres en 1936.
Gladys West (1930)
Matemática estadounidense cuya investigación fue clave en la invención del GPS. West recopilaba información en la Marina estadounidense sobre satélites, siendo la segunda mujer afroamericana contratada en el Centro para la Guerra de Superficie Naval. Gladys lideró el proyecto del radar Seasat, el primer satélite que podía detectar océanos a distancia. En 1986 publicó la guía “Data Processing System Specifications for the Geosat Satellite Radar Altimeter” para mejorar el cálculo de la posición del Seasat. Esta guía fue fundamental para la invención de los Sistemas de Posicionamiento Global (GPS) en 1995.
Jutta Kleinschdmit (1962)
Jutta nació en Colonia y el motor siempre fue su pasión. Estudió física y trabajó como ingeniera en el Departamento de Investigación y desarrollo de BMW hasta que decidió dejarlo para dedicarse profesionalmente a las carreras. Participó cuatro veces en motos en el Dakar, poniendo el dinero de su propio bolsillo. En 1995 decidió pasarse a los coches y en 2001 se convertía en la primera mujer en la historia en ganar el Dakar.
