Los habaneros presenciaron la estancia del buque de la armada argentina ARA Libertad en este mes de junio.
Para conocer la cultura de los países que visitan, el buque escuela de la Armada Argentina ARA Libertad zarpó en La Habana en la tercera semana de junio, trayendo a bordo 326 tripulantes, entre ellos 92 guardiamarinas y una docena de invitados de países latinoamericanos y caribeños.
En su viaje número 50, la fragata inició su travesía el 30 de abril y tocó los puertos de Fortaleza (Brasil), Castries (Santa Lucía) y Santo Domingo (República Dominicana). En su cuarta parada entró a La Habana el 12 de junio para partir hacia Veracruz (México) el día 17, y luego visitar Baltimore (Estados Unidos), Dublín (Irlanda), Saint Malo (Francia), Toulon (Francia), Cádiz (España) y Salvador de Bahía (Brasil). Deben regresar a su lugar de origen el 25 de septiembre.
En la rada del puerto habanero recibió la bienvenida con una ceremonia militar y luego el saludo del Capitán de Navío Aldo Perera Estévez, Jefe de Departamento de la Marina de Guerra Revolucionaria (MGR), y Luis Alfredo Ilarregui, embajador de Argentina.
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En diálogo con la prensa, el Comandante del Navío, Carlos Pedro Schavinsky Trinchero, dijo a los medios de prensa locales que es la tercera vez en la historia que este buque se hace presente en la Bahía de la Habana, inicialmente fue en 1976, posteriormente en el año 2014 y «hoy nuevamente tenemos la dicha de estar aquí para compartir con toda la ciudadanía cubana de nuestras tradiciones, cultura y de la historia del buque».
Relató que el barco se construyó en 1953, en 1956 se realizaron las primeras tareas y en el año 1963 hizo el primer viaje internacional. «En todos los puertos que visitamos hablamos con las autoridades de la armada y pretendemos intercambiar información, procedimientos, sobre cómo nosotros formamos a nuestros guardiamarinas y a los futuros oficiales», explicó.
Además hizo referencia a que cumplen un plan de actividades con el objetivo de promover intercambios con las academias navales de los países visitantes para que sus jóvenes en formación puedan conocer e integrarse con los demás que abrazan la profesión de las armas.
«En nuestras visitas propiciamos la oportunidad para que intercambiemos temas profesionales. También todo lo que ofrece esta ciudad culturalmente, algo muy amplio, y toda la historia que tiene este hermoso país que nos sirve para poder acrecentar el acervo cultural de nuestros jóvenes», indicó el capitán del buque.
Aseguró que los viajes se coordinan a través de los ministerios de defensa y de la cancillería, quienes realizan un acuerdo y se busca visitar la mayor cantidad de países para un mejor intercambio a nivel internacional. Además reconoció que antes de llegar a Cuba participaron en un encuentro internacional de grandes veleros de las armadas latinoamericanas que se inició allá por febrero en aguas de Río de Janeiro.
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«Traemos un mensaje de paz y de amistad de nuestro pueblo, de nuestro gobierno, de seguir trabajando de manera coordinada para conformar un grupo homogéneo de Latinoamérica y el Caribe», afirmó Schavinsky Trinchero.
En sus días de estancia, los marinos argentinos cumplieron una intensa agenda de actividades con encuentro de cortesía al Jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria, a la academia naval, al Gobernador de La Habana, así como recorridos por sitios de interés histórico y cultural.
Esto responde al plan de formación que llevan a cabo en la Escuela Naval Militar de Argentina para que los cadetes se adapten progresivamente a las particularidades, costumbres y tradiciones de la vida a bordo, desarrollando a su vez la práctica efectiva de las actividades profesionales, cuyo sustento académico proviene de los conocimientos recibidos con anterioridad.
La población cubana visitó la fragata del 14 al 16 de junio y compartió con su tripulación. El barco tiene 104 metros de eslora, 14,3 de manga, una superficie total de 2 652 metros, una velocidad máxima de 13 nudos, 3 765 toneladas de desplazamiento a carga completa y 27 velas.
