Popovkas, los barcos circulares

Creado: Vie, 05/06/2020 - 07:42
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Carlos Alejo
Popovkas

El hombre, en su inacabable búsqueda de la perfección para surcar las olas, ha recorrido muchos caminos, el del Contralmirante ruso Andrei Alexandrovich Popov y sus barcos circulares popovkas son uno de los más singulares.

Según La Brújula Verde, la idea de barcos de guerra circulares surgió lejos de las costas rusas, fue en Escocia, de manos de un ingeniero y constructor naval llamado John Elder, quien publicó un artículo en 1868 donde expuso que aumentando la manga de los barcos de guerra se reduciría el calado lo que permitiría un incremento en el blindaje y llevar cañones de calibre superior, sacrificando en cambio su velocidad lo que se subsanaría con motores más potentes.

Esta teoría ilusionó a algunos de los militares de Europa, en especial a sir Edward Reed, director de construcción Naval de la Royal Navy, y al contraalmirante Andrei Popov, encargado en la Armada Imperial rusa de supervisar la construcción de sus buques de vapor.

El contralmirante Popov vio en la idea de los barcos circulares una forma de acrecentar el poder naval ruso en el Mar Negro, pues —debido a los tratados derivados de la derrota en la Guerra de Crimea— la Armada Imperial no podía mantener una flota mayor de seis corbetas en dicho mar, lo que dejaba desguarnecida la costa, apostándose entonces por barcos ligeros pero bien armados.

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Popov entonces adoptó por los monitores, un tipo de embarcación pequeña, lenta pero que poseía un alto poder de fuego y un bajo perfil que lo protegía donde la velocidad no. A la idea del monitor el contraalmirante ruso aplicó la teoría de John Elder y así surgieron las popovkas, bautizadas así por el zar Alejandro II, dos barcos de guerra circulares: el Contraalmirante Popov y el Almirante Novgorod.

Popovkas

La primera de las unidades popovkas estuvo lista en abril de 1870 y, luego de probarse en el río Neva, se presentó en San Petersburgo el diseño definitivo con 46 metros de eslora, 6 054 toneladas y cuatro cañones de 280 milímetros de calibre. Este modelo superó el presupuesto asignado, por lo que se cambió a un modelo de 29 metros de diámetro, dos cañones y un blindaje de 305 milímetros.

El resultado final conllevó a un aumento en el diámetro hasta alcanzar los 30,8 metros, resultando un calado 4,1 metros, una borda de 46 centímetros y un desplazamiento de 2 491 toneladas. El diseño circular solo le permitió una velocidad máxima de 6,5 nudos con seis máquinas de vapor que tragaban el carbón vorazmente, pues su capacidad de carga de combustible de 200 toneladas solo le otorgaba una autonomía de 480 millas, aproximadamente 890 kilómetros.

El Almirante Novgorod fue llevado en tren desde San Petersburgo hasta Odessa y montado de nuevo allí, un viaje que fue, según cuentan, una odisea. No entraría en servicio hasta 1873, llegando incluso a llevar en misión diplomática al propio sir Edward Reed de crucero por Crimea. El Contraalmirante Popov entró en servicio en 1876, su construcción tardó cuatro años.

Ambas popovkas sirvieron en la Armada Rusa hasta 1903 donde fueron declarados obsoletos y no se hicieron más unidades debido hacia su alto coste. Se intentaron vender a Bulgaria pero esto no se concretó y así fue que se desguazaron en 1911 sin haber entrado nunca en combate siendo este el triste final de los experimentos del Contraalmirante Popov y sus barcos circulares.

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Carlos Alejo

Sobre el autor

Graduado de la Facultad de Derecho de la Universida de La Habana. Ha colaborado en varios artículos y publicaciones de la revista Excelencias del Motor.