DIAMOND´T: EL ¨CADILLAC¨ DE LOS CAMIONES

Creado: Vie, 28/01/2022 - 07:57
Créditos
Alfonso Cueto Álvarez
Diamond t

La elegancia de en las líneas del DIAMOND´T y sus comodidades de conducción, no disminuían la capacidad de carga y arrastre que mostraban sus equipos, triunfadores en tareas de gran exigencia.

En 1905, Charles Arthur Tilt (1877-1956) decide construir vehículos automotores, algo no esperado en ese momento. Su padre, un fabricante de calzado, quería un diseño de logo que identificara la calidad de sus producciones, insertando la T de su apellido en la figura de un diamante. Buscaba identificar su producción con la calidad indiscutible de esta joya. No lo logró, pues su hijo fue el que usó el emblema para dar nombre a una producción automotriz que presidió por más de medio siglo.

Los primeros vehículos fabricados desde 1905 hasta 1911 fueron autos. En total crearon seis modelos con motores de cuatro cilindros y no más de 50 h.p. Al mismo tiempo fabricaban camiones, sin que en esos momentos tuvieran la aceptación alcanzada en años posteriores.

A finales de la década del 20, los camiones de la marca comenzaron, mediante sucesivas innovaciones, a ocupar un prominente lugar en el mercado. A pesar de los años de depresión, donde muchos quebraron, los Diamond´T se mantuvieron en ascenso. Entre 1928-1929, sus camiones, tanto los de trabajo pesado como los ligeros, incorporaron la cabina cerrada, metálica, con puertas para el conductor y frenos hidráulicos de tambora en todas las ruedas.

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Los de tipo pesado fueron equipados con motores Continental de 6 cilindros, cuyos cigüeñales montados en siete rodamientos, contribuían a la suavidad de su marcha. Los ligeros, con motores Buda de 4 cilindros, poseían transmisión engranada al diferencial trasero. Ya los modelos pesados de 1929 eran capaces de soportar una carga total de 12 ton. distribuida entre sus tres ejes.

Diamond T

En 1933 se mejoró la cabina metálica y sus puertas fueron dotadas de ventanillas de cristal operadas manualmente. En 1935, la incorporación del parabrisas en forma de V, incorporaba una mejor aerodinámica al equipo, además de beneficiar la visibilidad del conductor. Este elemento perduró en todos los camiones de la marca hasta el año 1951. Los motores aumentaron su potencia y ya en 1940, el Hercules de 6 cilindros, diésel o a gasolina, aportaba 118 hp. y el Cummins de 200 hp. era instalado en los camiones de mayores capacidades.

En 1942 cesa la producción comercial y la fábrica se vuelca a la industria de guerra, dedicándose a producir en especial, cuñas tractoras, equipos de auxilio y camiones de transporte. En el periodo de la II Guerra Mundial, la Diamond´T ocupó el lugar 47 en el ranking de empresas que habían aportado mayores valores a la Industria de Guerra, por encima de las poderosas Mack (63) y White (54).

Al reanudarse la producción civil en 1946 se produjeron cinco modelos de camiones y al año siguiente, quince diferentes tipos desde 3.6 a 16 ton; con opciones de dos ejes traseros. Algunos de los equipos desarrollados durante la contienda bélica, eran capaces de arrastrar mediante las plataformas correspondientes hasta 52 ton. Ello los hacía muy competitivos en los trabajos que generaba la Economía de post-guerra; aunque los nuevos tiempos también generaban nuevos retos.

Desde 1938, la marca produjo los camiones ligeros (pick-up´s), modelos 201 y 202, equipados con motor Hercules QX de 6 cilindros. Fueron ofertados hasta 1949, cuando la fuerte competencia de Ford y Chevrolet en esa categoría, condujo a la Diamond T a prescindir de ellos. Se concentró entonces en camiones medianos y pesados.

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La competencia en la década del 60 lleva a la Diamond T a formar parte de la White Motor Company como una subsidiaria, hecho que se concreta en 1967. La White ya había incorporado en 1957 a la R.E.O. Motor, otra fabricante de camiones y decide unir ambas en 1967, formando la Diamond-R.E.O.Trucks; unión que hereda la Volvo y que sufrirá nuevos cambios en 1971, cuando Francis L. Cappaert compra a Volvo la nueva entidad.

A pesar de construir potentes equipos para la gama alta de camiones, la Diamond-REO se declara en quiebra el 6 de diciembre de 1974. Un año después, la dupla Loyal Osterlund y Ray Houseal compran los derechos sobre la marca y continúan produciendo los vehículos en Harrisburgh, Pennsylvania. Su objetivo era fabricar camiones gigantes en la máxima categoría. Surge el C-116 con motor diésel Cummins NTC-290, alcanzando unas 150 unidades anuales hasta 1995. Para entonces la compañía se denomina Diamond Vehicle Solutions LLC.

A comienzos del 2000, la Compañía lanza la que califica como T-Line, con rasgos de vintage trucks poseedores de largos y medianos nichos para sus motores diesel, ofertando Caterpillar y Cummins acompañados de transmisiones Eaton o Allison. Los ejes se entregan por Dana y Meritor. La fabricación cesa en 2010, aunque se ensamblaron algunos hasta el 2013 con las partes y piezas en existencia.

En 2015, la DVS LLC, ahora como T-Line Trucks & Chassis, anunció que continuaría produciendo camiones en las categorías 6,7 y 8, así como cuñas tractoras. Todo ello con fines vocacionales y a la Orden del comprador. Con ello continúa el halo nostálgico que hemos visto referidos a ciertos autos clásicos; aunque esta vez, el objetivo son los camiones.

📷: https://journal.classiccars.com/

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Alfonso Cueto Álvarez

Sobre el autor

Lic. Ciencias Sociales en 1985. Trabajó en distintas actividades en el MITRANS desde el año 1964. Libros editados: Los abuelos de los almendrones, Tranvías y trenes eléctricos y en proceso Los automóviles aristócratas lujosos y herejes.