Se acabó la temporada y otra vez fueron Mercedes y Hamilton los que escalaron a lo más alto del podio, de pilotos y de constructores.
Ferrari se quedó con la espina que pudo haberse sacado con su monoplaza 2018. Equilibrio es la palabra de orden para tener un coche efectivo. Sin uno así, no se puede aspirar a la victoria. Lo tiene Ferrari, Mercedes GP y Red Bull, los tres con mecánicas y aerodinámicas diferentes, pero con un equilibrio tal de potencia y carga aerodinámica que le han permitido ganar carreras este curso.
El tercer elemento para ganar carreras es el piloto, quien está a la par con la estrategia del equipo en los pit. Un error de pilotaje o de estrategia te puede dejar sin sonrisa, aunque tengas el mejor monoplaza. Así ha pasado y pasará porque ni el equipo en los garajes ni el piloto son robots, son humanos.
Sin embargo, los campeones marcan la diferencia. Este año y por quinta vez en el campeonato de pilotos y constructores ganaron Lewis y Mercedes-Benz. Un año que, a mi juicio, era par los de Maranello. No podemos echarle la culpa a nadie en específico, pero la debacle nació con el error de Vettel en el GP de Alemania. Luego, una seguidilla de pifias en conjunto dejó a Vettel sin opciones de título. No obstante, la tercera posición de Kimi en el campeonato demostró la efectividad de los bólidos rojos.
Marx Verstappen también hizo lo suyo, no solo acentuando sus condiciones de conductor, sino también las potencialidades de su monoplaza. El holandés tuvo un final de temporada brillante con podios en las últimas tres carreras: primero en México, segundo en Brasil y tercero en Abu Dhabi. Un resultado que lo puso cuarto en la clasificación mundial de pilotos, desplazando a un Bottas que no pudo triunfar este curso.
Nico Hülkenberg es el séptimo clasificado de los pilotos y aunque hace justicia a su coche Renault, quien figura como la cuarta fuerza del mundial, no ha estado a la altura de los pilotos de vanguardia. Tampoco lo ha estado su compañero de filas, Carlos Sainz Jr., quien ocupó el décimo puesto en la lista de pilotos. Ninguno de los dos pudo escalar al podio en todo el campeonato, un espacio reservado para los drivers de Mercedes, Ferrari y Red Bull.
La gran decepción del curso la protagonizó Williams, décimo en la tabla, un equipo de sobrada historia en la gran carpa con cuarenta temporadas ininterrumpidas a su haber y 16 títulos: 9 de constructores y 7 de pilotos. Solo superado por Ferrari y McLaren, este último con un resultado muy discreto este año, sexto.
