El piloto español baila sobre la Honda RC213V y ofrece un recital en el circuito de Termas de Río Hondo pasando a ser líder de la categoría.
Si alguna deuda tenía Marc Márquez con el Gran Premio de Argentina, quedó saldada con creces en la segunda carrera del presente Campeonato Mundial, porque el circuito de Termas de Río Hondo fue testigo de, si no la más, una de las inolvidables proezas del piloto español desde su llegada a la MotoGP. Si hace un año terminaba en descalificación su caótica carrera, ahora diluyó aquel amargo recuerdo con una soberana paliza que le ha encumbrado en la clasificación de la máxima categoría.
Cuando el Mundial aterrizó en la patria del tango, ya se había sacudido la polémica sobre el triunfo de Andrea Dovizioso en Qatar. El panel de expertos de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) dio por bueno el novedoso deflector colocado en la parte inferior del basculante que Ducati introdujo a su GP 19, la máquina que también utilizan Jack Miller y Danilo Petrucci. Así, quedó resuelto el reclamo que presentaron todas las escuderías –salvo Yamaha- tras el éxito del italiano en el circuito de Losail.
En espera de futuras reacciones, el dictamen dejó lista la escena de un fin de semana apoteósico para el catalán, pues dominó cinco de las seis sesiones, hizo la pole, marcó la vuelta más rápida y fue líder desde la primera curva con un ritmo que todos señalan como la clave para lograr tamaña demostración.
“Pocos días en un año te encuentras con estas sensaciones sobre la moto. Había que aprovecharlo. Fue perfecto”, admitía Márquez una vez concluida la carrera. Las estadísticas, frías pero reveladoras, reflejan los casi diez segundos de ventaja –perdió dos con los festejos sobre la meta- que sacó al italiano Valentino Rossi, la más holgada en sus 45 éxitos en seco desde que corre en la categoría reina.
Cintillos también mereció lo hecho por Rossi sobre una Yahama todavía no tan rápida como la Ducati. Con Márquez fuera del radar, El Doctor le aceptó el pulso a Dovizioso a lo largo de todo el trazado, alternando posiciones hasta la última vuelta, elegida para una segunda posición que forzó la permuta en la cima de la tabla.
Ahora Márquez llegará en inmejorables condiciones al Gran Premio de América (14 de abril), con el que al parecer mantiene un eterno romance. Seis poles e igual cantidad de triunfos desde su estreno allí, hacen del circuito de Austin el sitio ideal para marcar distancias.