Visto lo visto en el Salón de Frankfurt que concluirá el próximo día 27, no podíamos dejar pasar por alto un detalle. O más bien tres. Porque justo esa es la cantidad de perlas que ha develado esta vez Volkswagen en la muestra alemana, con las nuevas versiones Bluemotion del Polo, el Passat y el Golf, disponibles en los concesionarios a partir de este mismo otoño.
Nada de esto es casual. La gama Bluemotion, como muchos conocen, constituye al día de hoy la piedra filosofal de la armadora de para enfrentar la crisis y preservar su vigencia, gracias a la eficiencia que ofrecen su tecnología de punta y el potencial de sus motores básicos, con un gasto de combustible infinitesimal. Que para corroborarlo ahí están los siguientes modelos: Caddy Kombi y Life (1.9 TDI 105 CV), Passat y Passat Variant (2.0 TDI 110 CV), Touran (1.9 TDI 105 CV) y Sharan (2.0 TDI 140 CV).
No podían ser la excepción, por tanto, los tres últimos que mencionamos más arriba, equipados todos con propulsores diesel, acoplados a un software modificado para la gestión del motor y un ralentí menor, un cambio manual de 5 velocidades con relaciones más largas y el dispositivo para la recomendación de cambio de marcha en el cuadro de mandos, recuperación de la energía de frenado, Start/Stop, neumáticos de baja fricción, llantas especialmente ligeras y otras mejoras aerodinámicas como el chasis rebajado (en los Polo y Golf).
Con un motor TDI de 1.2 litros y 75 CV, por ejemplo, el nuevo Polo ofrece un consumo medio de 3,3 l/100 km con unas emisiones de apenas 87 gramos de CO2, para convertirse en el auto de cinco plazas más ahorrador del mundo.
Tampoco se quedan a la zaga los nuevos Passat y Golf Bluemotion que montan por igual mecánicas de 105 CV, gastando el primero 4,4 l/100 km con emisiones de 114 gramos de CO2 por 3,8 l/100 km y 99 gramos de CO2 el segundo. Y eso, sin que las prestaciones se resientan en lo más mínimo, como bien demuestra la variante del Golf, capaz de acelerar de cero a 100 km/h en 11,3 segundos tributando una velocidad máxima de 190 km/h. Que la ecología no se riñe con la calidad per se.