
Nada que ver con un coche bomba. No, no, no…Sino más bien con una berlina tricuerpo de confort excepcional, gracias al ambiente acogedor que ofrece su habitáculo y a las grandes dimensiones de su maletero (513 dm3).
Nos referimos, claro está, al Citroën C4 Sedán del año, que la marca del doble chevron produce en China (con el nombre de C-Triomphe) y Argentina, país este último desde donde se exporta al resto América Latina y España.
Pero bueno, abordando ya más en detalle este vehículo, conviene resaltar la suavidad de su silueta curvilínea con los faros tipo bumerang como aspectos más novedosos de su diseño exterior, mientras el interior añade varias mejoras ergonómicas a su habitabilidad, gracias al volante con mandos centrales fijos que agrupa, al alcance de la mano, las principales funciones de confort (sistema audio, teléfono…) y de ayuda a la conducción (limitador y regulador voluntario de velocidad).
Respecto al equipamiento de seguridad, el C4 Sedán ofrece airbags frontales de serie y opcional laterales y de cortina, dispositivo ABS, distribución electrónica de frenado (EBD), control de estabilidad ESP y el encendido de las balizas en caso de frenado brusco.
Y ya a nivel mecánico da pie a escoger entre dos motores de gasolina y un turbodiesel, siendo la versión más picante la de 2.0l y143 CV (el otro naftero es un 1.6l de 110 CV), en tanto la variante de gasóleo es el 2.0 HDi de 110 CV, todo lo cual en su conjunto hacen de este Citroën una auténtica referencia dentro de su categoría.