¿Moto o “cohete” rodante?, es la Frogman Rocket II

Creado: Lun, 14/06/2010 - 00:18
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Willy Hierro Allen
¿Moto o “cohete” rodante?, es la Frogman Rocket II

El mundo automotor es tan amplio que suele satisfacer cada gusto, por excéntrico que éste sea. Blastolene, una firma dedicada a construir los vehículos más insólitos jamás vistos, ha fabricado esta especie de triciclo para que Tim Coterill (su conductor) no pase inadvertido cuando cruza a más de 320 km/h o abre su paracaídas al frenar, en sus alegres y veloces paseos por las autopistas.

Si usted ha soñado alguna vez con un ”auto-cohete“, éste puede resultarle familiar. Se trata del Frogman Rocket II, un auténtico cohete sobre ruedas que parece hecho para una película de ciencia-ficción. A esta nueva raza de artilugio, se la conoce en inglés como ”trikes“ y dicen ser una especie de liga entre auto deportivo y moto súper-bike.

Impresiona encontrarse con artefacto como este en medio de una gran autopista desierta. Sin entrar en detalles, es mucho más largo que un  auto común, la llanta delantera asusta con sus increíbles tapacubos y el tamaño de las traseras deja sin aliento, particularmente al acelerar, ya que tiene un motor de 1000 CV, la tracción al tren posterior y menos de una tonelada de peso. Literalmente sale volando.

Sin embargo, todo monstruo tiene algún rasgo de dulzura y el del Frogman Rocket II está en su ”ojo“: el sistema de iluminación delantero, como se pueden ver, es bello en su mezcla ”retro-futurista“. La máquina que mueve a este armatoste, es un motor HEMI V-8, sobrealimentado por compresor, que produce un torque superior a los 1000 Nm.

¿Quién no se emociona al olor de la goma quemada en un ”arrancón“, al escuchar el chirrido de las llantas sobre el asfalto, al ver el empuje de 1000 CV de potencia? Indescriptible. Y los detalles: spoilers iluminados encima del motor, un gran compresor con el texto: ”Size Does Matter“ escrito en los álabes de la admisión…

Y manejarlo, ¿cómo será conducirlo? Tener en el puño de acelerador 1000 CV a disposición, bien colocado en el único asiento, pegado al respaldar, aferrado al manillar para no salir despedido en un acelerón. Excitante. No hay más que decir, solo reconocer (internos)  que Tim Coterill tiene un verdadero ”cohete“ para la carretera.

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Willy Hierro Allen