Ciertamente no deja de ser curioso que el primer Prius disponible arribase a Estados Unidos hace una década, en un Autoshow de Detroit, donde el vehículo más llamativo era el Hummer H2. Entonces seguramente nadie habría calculado en toda su dimensión el éxito comercial que tendría en estos diez años el híbrido más popular de la historia, con más de 1,8 millones de unidades vendidas en todo el planeta, de las cuales la mitad circulan en Norteamérica.
¿Su impacto? Nueve millones de toneladas menos de CO2 vertidas a la atmósfera y 2 300 millones de litros ahorrados de combustible. Aunque nadie habría adivinado tampoco entonces las consecuencias de la profunda crisis que ha enfrentado el hasta hace dos años mayor mercado automotriz del orbe.
No en vano, como observase su vicepresidente Atsushi Niimi, Toyota enfrenta la urgente tarea de reducir gastos y aumentar las eficiencias, mientras se concreta la recuperación del mercado estadounidense, pues 
aún quizá resulten demasiado optimistas las previsiones que señalan un nivel de ventas en torno a los doce millones de unidades en 2010.
Así pues, el gigante japonés no solo construirá el sedán Corolla en Mississippi, luego de que la producción local de ese modelo terminara en el cierre de una planta en California, sino que encima postergará hasta 2016 la fabricación en Estados Unidos de la cuarta generación de su principal modelo ecológico, debido a que, hoy por hoy, sus principales componentes, como el motor y la batería, no están suficientemente maduros. De manera que los amantes de este ”auto verde“ tendrán que aguardar con paciencia su próxima remodelación.