La presentación del último Targa, que en sí mismo es ya una marca, tendrá lugar en tan solo unos días, en el Salón de Detroit que abrirá sus puertas el próximo lunes.
Porsche no ha perdido el tiempo y no ha tardado en caldear el ambiente con uno de esos adelantos que no enseñan nada, pero dicen mucho. No aparece ningún coche por ningún sitio, tan solo el techo acristalado de un edificio y un sistema hidráulico que se encarga de abrirlo en unos segundos, para que una voz en off nos diga: ”si vas a tener techo sobre tu cabeza que al menos sea impresionante“. ¿Hace falta decir algo más?
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Porsche quiere sorprendernos con un sistema avanzado y a la vez preservar el toque clásico de aquellos primeros Targa de los años 60, nacidos para hacer frente a las críticas y a los problemas de seguridad que empezaron a dañar la imagen de los descapotables de la época. Hoy en día, con los avanzados sistemas de seguridad de los descapotables, no hay necesidad de un modelo de tipo Targa, pero sí la responsabilidad histórica que logre satisfacer a aquel que optaría por este modelo antes de recurrir al Cabriolet, simplemente por ese toque de distinción que esperamos de él.
Pensar en un sistema de capota rígida sería demasiado sencillo e innecesario, teniendo en cuenta que el techo de lona con estructura rígida del 991 Cabriolet ya se pensó para suplir la falta de un techo rígido. Probablemente iríamos mejor encaminados si pensásemos en un techo acristalado abatible, con un dispositivo retráctil, que permita una apertura casi completa preservando únicamente el pilar B. De hecho, las imágenes de patente y los bocetos que hemos visto en los últimos meses iban precisamente en esa línea.
No hay mucho más que decir, salvo que en tan solo unos días saldremos de dudas y conoceremos por fin al nuevo integrante de la gama Porsche 911.