Nuevamente a rueda con Peugeot, disfrutamos de otro clásico ciclístico lleno de emociones y al final, tras cientos y cientos de kilómetros (1 333 en total), frente al Capitolio habanero José Mojica lució, satisfecho y sereno, la casaca de campeón. Desde el primer día el artemiseño había salido a ganar la carrera cuando se fugó, junto al tunero Jans Carlos Arias, en el circuito guantanamero donde tomaron la largada 83 ciclistas de 14 equipos. Y en definitiva lo consiguió, no sin algún sobresalto, tras trepar como un lince por el lomerío. Primero, en la Gran Piedra, que un cuarto de siglo después volvió a colorear una vuelta ciclística en Cuba, y luego en Topes de Collantes bajo la lluvia, donde entró segundo, para retomar la casaca de líder.