Phantom Corsair, un auto monumental
Un prototipo tan extravagante como descomunal, un auto tan excesivo y único que resultara inalcanzable para cualquier otro fabricante: estas eran las metas principales del magnate heredero Rust Heinz (alimentos Heinz), y las materializó en el Phantom Corsair 1938. Con toda la fortuna del imperio Heinz como respaldo, el capricho de un joven amante del automovilismo no era un imposible. Quería un auto de lujo desorbitante, porte magnifico y rendimiento superior. Algo así como un Titanic sobre ruedas. Y lo consiguió.