BMW 328 de 1936, clásico hasta los huesos

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:32
Créditos
Jorge Esténger Wong

Solo habían pasado unos pocos años desde que BMW comenzará la producción de automóviles –ocurrió en 1928- cuando logra un impacto estremecedor en el mundo automovilístico con su modelo 328, nuestro protagonista de hoy. Desde el comienzo de la década del treinta, luego de producir el Austin Seven inglés bajo licencia, BMW se afianzó en su filosofía de producir autos de chasis rígidos de doble tubo, suspensión independiente delantera y motores de seis cilindros. Ese concepto floreció en todo su esplendor en 1936 con el BMW 328.

De fluidas líneas aerodinámicas, un concepto bien avanzado para tan temprana época, el 328 tenía excelente comportamiento en la carretera y elevados niveles de equipamiento y confort. Todo ello rompió con el criterio establecido hasta entonces de que los autos deportivos eran máquinas rudas que dedicaban su potencia a sacudir sin misericordia a sus conductores. Muchos de los refinamientos que encontramos en los súper deportivos de hoy han sido posibles gracias a este momento especial del automovilismo: la creación del BMW 328.

El corazón del 328 era un motor seis en línea de 1971 c.c. de desplazamiento con cilindros de aleación, cámaras de combustión semi-esféricas y tres carburadores. Entregaba 80 CV a 4500 rpm; cuatro cambios mecánicos con tercera y cuarta sincrónicas; y aceleraba de 0 a 100 km/h en apenas 7 segundos. Todo ese despliegue en fecha tan temprana lo convertirían en un ganador de carreras, incluso antes de comenzar su producción en serie.

Desde sus primeras pruebas como prototipo en Nurburgring en Junio 14 de 1936 los BMW 328 obtuvieron numerosas victorias hasta entrados los años cincuenta. Solo en 1938 obtuvieron 125 primeros lugares en competencias internacionales, y en 1939 ganaron su clase en las 24 Horas de Le Mans y las Mille Miglia italianas, estas últimas a un promedio de 165.76 km/h.

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Jorge Esténger Wong