Chevrolet Black Panther: El Muscle Car más raro jamás producido

Creado: Lun, 26/10/2009 - 16:31
Créditos
Jorge Esténger Wong

A principios de los años sesenta, Ford estremeció al mundo con su Ford Mustang. Sus rivales debieron comenzar a remontar la cuesta para hacerle frente, pues habían sido tomados completamente por sorpresa. General Motors puso de inmediato sus descomunales recursos en el proyecto de una respuesta al increíble pony car de Ford. Esta es la historia.

El proyecto comenzó bajo las siglas XP-836 y la prensa especializada lo rebautizó, a toda velocidad, como ”Panther“ en alusión a una persecución ”salvaje“ de GMC sobre el Mustang de Ford. A pesar de lo ”sabroso“ de la trama GMC tomó cartas en el asunto preocupada por la agresividad del nombre para su nuevo auto y buscó referencias que complementaran los productos ya en existencia de su marca Chevrolet, la cual como archirrival de Ford había sido escogida para incorporar el nuevo modelo.

Del departamento de Marketing llegaron con el nombre de Camaro, por cálido y amistoso. Así Camaro completaría una línea formada por Chevelle; Corvair; Chevy y Corvette.

El nuevo auto demoró, sin embargo, hasta 1967. Ese año se inundaron los dealer GMC con más de 200 000 unidades. Rápidamente los fanáticos al nuevo vehículo desearon para el nuevo Camaro una versión ”poderosa“, a similitud del trabajo que realizaba Shelby America en aquellos días con los Mustang. Afortunadamente el dealer de Toronto Gorrie´s acudió al llamado y se dio a la tarea de preparar un número limitado de Camaro. Así nació el Black Panther.

Fue una versión todo lo agresiva que su nombre indicaba. En Gorrie´s hicieron varios cambios en la suspensión, dirección y frenos. Cambiaron las llantas originales y rediseñaron la pintura e interior. Resaltaron el logo de Black Panther sobre los laterales de los faros frontales e incorporaron - como broma en el primer vehículo y luego fue reclamado por la inmensa mayoría de los clientes- una consola entre los dos asientos delanteros al estilo de James Bond ”007“. Bajo la tapa de esa consola existían varios interruptores cada uno con etiquetas como: ”ametralladora“, ”Eyección“, etc. Fue un extraordinario acierto.

Todo esto no hubiera servido de nada si el comportamiento del auto no respondía a las agresivas expectativas creadas. Así, se puso bajo el capot toda la dinamita de GMC en ese momento: los motores V8 L30 y ZL1. El primero de 335 pulgadas cúbicas de desplazamiento entregaba hasta 275 HP con una compresión de 10:1 y 335 libras-pie de torsión a 3200 rpm. El todo pintado de azul ZL1 era sencillamente demoledor: 427 pulgadas cúbicas entregaban 455 HP de potencia y 460 libras-pie de torsión a 4000 rpm. Este motor tenía una relación de compresión de 12:1 y dejaba bien atrás la versión GT-500 de Shelby para el Mustang, la cual apenas entregaba 355HP, en 1967. La cacería había comenzado…y hoy aún continúa.

Créditos
Jorge Esténger Wong