Por caprichos de la historia a Errett Lobban Cord le tocó vivir la etapa más importante de su vida durante los años treinta, en plena depresión norteamericana. Este hecho desafortunado terminó por arruinarlo, acabar con su vida y extinguir en poco tiempo una compañía de automóviles que en otras circunstancias hubiera florecido y obtenido un importante puesto en la industria. Este emprendedor hombre llegó a aglutinar las tres marcas más singulares existentes en los Estados Unidos en esos años, y llegó a producir en cada una excelentes modelos que han superado la prueba de los años y prevalecido como verdaderas leyendas: Veamos al mítico Duesemberg.
Fue uno de los autos más exclusivos que se construyeron no sólo en los Estados Unidos, sino en el mundo entero. El Duesenberg J (en sus diversas versiones) representó el poder y la opulencia característicos de las épocas de bonanza de la Norteamérica de los 20, soportando la Gran Depresión gracias a los multimillonarios y actores de Hollywood, sus principales compradores. Entre los más notables usuarios estaban Clark Gable y Gary Cooper personajes que elevaron al J como un auto legendario.
Este auto superó la crisis económica al lograrse que su reducida producción se extendiera hasta 1937, nueve años después de su lanzamiento. Con un motor de 6.9 litros y 265 HP a 4200 rpm, esta joya era capaz de andar hasta los 200 km/h ; por lo que los US$ 20000 de la época que cada interesado debía pagar para obtener esta maravilla mecánica estaban plenamente justificados, a pesar de ser un altísimo precio. Por increíble que parezca, 378 de los 481 Duesenberg J construidos todavía existen, siendo uno de los coches más carismáticos de la historia: verdaderas obras de arte.