Citroën se actualiza, Citroën se renueva. Y el fabricante francés extiende esa revolución en su gama a los modelos C5 y C8, ofreciendo un diseño más fresco, moderno y elegante, con la nueva imagen de la marca recién estrenada en el flamante C4 Aircross, junto a niveles de equipamiento más completos para plantar cara a los rivales. En ese sentido, el Citroën C5 se beneficia de esta evolución estilística y tecnológica para respaldar un éxito comercial que, desde su lanzamiento a principios de 2008, le ha llevado a vender en todo el mundo más de 400 000 unidades de sus variantes berlina y familiar Tourer.
Así incorpora, junto al nuevo logotipo de la marca y un nuevo color de carrocería (marrón naranja), irrumpe la serie especial Millenium, de mayor equipamiento a un precio competitivo, al añadir de serie navegación eMyWay asociada a la llamada Connecting Box, que incluye toma audio, conexión USB y kit Bluetooth; a la par que el acabado Exclusive gana nuevas llantas de aleación Egée de 17 pulgadas y una tapicería mixta de tela y cuero.
Ya en el caso del C8, por otro lado, el gran monovolumen de la firma gala igual rejuvenece su fisonomía, con una calandra en la que destacan los nuevos chevrones y la rejilla rediseñada. Metamorfosis que también se deja ver en la zaga del vehículo, con los nuevos logos dispuestos sobre el portón.
Mientras, un nuevo color, el marrón "Hickory", actualiza la paleta de colores y una moldura de color Negro Onyx, llamada Black Pack, realza su personalidad recorriendo los retrovisores, montantes y barras laterales de las puertas, así como las bandas de los parachoques. Toques artísticos que, sin duda, le aportan un estilo sumamente dinámico.
Nada, que en resumidas cuentas la ”revolución francesa“ está en marcha y Citroën logra traer con ella al mercado un C5 y un C8 más explosivos.