El Mercedes 150 de los años treinta

Creado: Dom, 28/02/2010 - 20:52
Créditos
Jorge Esténger Wong
El Mercedes 150 de los años treinta

La década de los años 30 fue famosa por las duras penurias vividas en todo el mundo, las cuales desembocaron en el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial. Los fabricantes de automóviles sobrevivían como podían, ó no, y ninguno escapaba de la dureza del momento.  Mercedes Benz, aunque tenía en su gama los tremendos y majestuosos 500 K y 540 K, necesitaba mucho de pequeños utilitarios como el Mercedes 130 o el 170 H.

El Mercedes 150 tuvo su origen en este pequeño 130 que con precio de 3 425,00 recihsmarks en su versión berlina, lograba la atención de las muchas personas que no podían enfrentar los 22 000,00 del 500 K.  Resulta que este Mercedes 130 empleaba un motor de cuatro cilindros montado tras el eje posterior, lo cual a pesar de permitir un gran aprovechamiento del espacio interior y una aerodinámica adelantada para la época comprometía dramáticamente la distribución de pesos, dejando un 65% sobre el tren trasero.  Para paliar esta carencia, el ingeniero jefe Hans Nibel pensó en un motor central: el 150 empezaba a gestarse.

En poco tiempo y empleando la plataforma del 130, se creo uno de los roadster más atractivos de la pre-guerra. Con sus tres luces de cruce – mucho antes que el Tucker Torpedo de 1948 hiciera famoso este concepto– y ruedas de repuesto tras las dos puertas era un coche inconfundible.  El motor utilizado en este Sports Saloon – hoy lo llamaríamos Sport Coupe – era un cuatro en línea de gasolina y 1.5 litros de desplazamiento,  montado en posición central, con una potencia de 54 CV a 4.600 rpm. Muy destacable si consideramos que en esa época los autos pequeños solían llevar motores de 40 CV.  La caja de cambios manual, sin sincronizar, estaba montada en posición transversal y el radiador iba justo detrás, en la característica cola trasera.

Gracias a sus dimensiones y al concienzudo esfuerzo en su diseño su peso quedó en apenas 1026 kgs.  Ello hacía su manejo fácil para la época, pero complicaba las cosas si las condiciones tractivas del pavimento no eran buenas: aún no existían los benditos EDS y ABS de hoy. Para el año 1935 se le consideraba un vehículo de altas prestaciones, capaz de alcanzar 125 km/h de velocidad máxima. A pesar de todos los esfuerzos de Mercedes fue un coche que se vendió muy poco, su precio final de 6.600 reichsmarks (el doble del 130 original), el ser biplaza; su poco espacio para equipaje; y su comportamiento delicado provocaron que Mercedes retirase la plataforma de los 150 y 170 a finales de 1936, volviendo al clásico motor delantero.

Su producción fue muy limitada en apenas un año de vida, sin dudas uno de los modelos más efímeros de Mercedes.  Los registros originales de fábrica se perdieron en la Segunda Guerra Mundial, pero fuentes apuntan a cinco unidades, otras a 20 unidades, incluyendo prototipos de pre-producción. Los registros comerciales obtenidos hasta hoy solo apuntan dos ventas y una fue destruida durante la Guerra. El único ejemplar comprobado hasta hoy en existencia es el de las imágenes, fue comprado por Mercedes a un particular en los años 50, tenía 44.500 km.

 

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Jorge Esténger Wong