Como vienen haciendo la mayoría de las automotrices que tendrán algo que mostrar en el próximo Salón de Ginebra, Mazda se alista para levantar el telón de su stand con uno de los modelos más esperados de la compañía y en el cual los ejecutivos japoneses han depositado sus esperanzas de seducir a las familias europeas. Estamos hablando, claro está, del Mazda5, que arribará a los concesionarios del Viejo Continente en otoño.
Concebido como la solución definitiva para esas grandes familias que sufren por el espacio, este monovolumen de siete pasajeros se beneficia del nuevo lenguaje estético de la marca, denominado ”Nagare Flow“, para —según afirmó el responsable del Programa Mazda5, Hideki Matsuka— desarrollar un nuevo C-MAV (Vehículo Multi Activo del Segmento C) que combine el mejor comportamiento ambiental con un diseño innovador y elegante.
De ahí que tanto se hayan esmerado los ingenieros en captar esta fisonomía renovada, con el manojo de nervios afilados que surca toda su carrocería y la gran parilla negra que realza la deportividad del frente, para rebajar el coeficiente aerodinámico y permitir a la vez un flujo de aire óptimo. En tanto, las puertas traseras deslizantes constituyen otro de sus elementos ventajosos.
No obstante, entre las principales novedades del Mazda5 sobresale sin duda el nuevo propulsor de gasolina e inyección directa 2.0 DISI de 151 CV, que añade el sistema de arranque y parada i-stop, acoplado a una caja de cambios manual de seis velocidades con relaciones de desmultiplicación específicas para esta versión, en aras de minimizar las emisiones de CO2 en un 15% con un consumo homologado de entre 7 y 7.5 litros por cada 100 kilómetros. Por si esto no fuera suficiente, ya se rumora también sobre un motor de 1.8 litros que podría llegar a tener una potencia de 115 CV y 165 Nm de par.