Apenas hace unos días, Tesla lanzaba una polémica propuesta donde retaba a cualquier persona a hackear el Tesla Model S y conseguir con ello 10.000 $. Pues bien, un grupo de hackers chino ha reclamado el premio tras haber conseguido hackear con éxito el acceso a la berlina eléctrica.
El miedo en tanto al coche conectado no es precisamente nuevo, y es que tras esa idea de tener acceso global desde nuestro vehículo, estamos abriendo puertas no lo suficientemente seguras a que otros usuarios no deseados puedan encontrar acceso a funciones de toda clase y condición.
¿Cuán seguro es el coche conectado?
El reto de Tesla sonaba a cierta prepotencia, y es que desde el fabricante californiano se señalaba lo extremadamente seguro y fiable que es el sistema integrado que instala cada unidad del Tesla Model S. La empresa de seguridad Qihoo 360 ha sido la encargada de anunciar el hackeo, aunque los detalles aún por confirmar señalan que la entrada no autorizada habría sido sólo en tanto a la aplicación para smartphones con acceso remoto, y no a la interfaz del vehículo en sí misma.
Aún así, el reto parece sentar precedentes para que la vulnerabilidad de los sistemas comience a ser tomada más en serio. Tras la idea del coche conectado donde internet y los servicios intercambian información, existe un sistema de transporte que emplea esta información de forma bidireccional. Dicho esto, la entrada y salida de datos podría comprometer el funcionamiento de alguno de los sistemas del vehículo, posibilitando el acceso a sistema de frenos, dirección, etc.
En Tecmovia no es la primera vez que abordamos este efecto colateral de la ambiciosa apuesta por el coche conectado, y es que existe un enorme vacío legal en tanto a este futuro. Sin caer en actitudes alarmistas, la realidad es que la industria reclama mejores herramientas para regular los diferentes niveles de intercambio de información, así como un marco regulador capaz de garantizar la seguridad en todos los vehículo infraestructuras.
El futuro próximo se dibuja con una nueva red de redes donde todo vehículo esté permanentemente conectado, incluyendo enlaces permanente con infraestructuras y personas. Ante este panorama, parece lógico pensar que fabricantes como Tesla trabajen en el desarrollo de mejores herramientas para evitar intromisiones, y para ello nada mejor que lanzar este tipo de propuestas donde se anima abiertamente y bajo recompensa a romper todos los sistemas de seguridad implantados.