BMW, Audi y Mercedes ya pueden darse por avisados. Decididamente el fabricante chino Geely quiere convertirse en uno de los principales actores del mundillo automotor y ya apuesta por incluir a Volvo en la ”top league“ de las marcas Premium.
Si bien tales pretensiones fueron anunciadas por el Gerente General del holding asiático, Li Shufu, apenas concretarse oficialmente la adquisición de la casa sueca cuatro semanas atrás (por la nada despreciable cifra de 1 366 millones de euros), hace solo unos días que fueron ratificadas por el nuevo CEO de Volvo, Stefan Jakoby, quien antaño fuera el número uno de VW en Estados Unidos. Ambos coincidieron en su visión de un futuro en el que Volvo fabricaría en breve nuevos modelos de nivel ejecutivo tan sofisticados como para competir con el Mercedes Clase S y la nueva generación del BMW Serie 7.
Según ellos, aunque incursionar en el segmento de las berlinas de lujo no parece la vía más idónea para elevar las ventas, Volvo debería comercializar como mínimo unas 380 000 vehículos por año para ser rentable, por lo que también aumentaría exponencialmente sus volúmenes, dado que el último año vendió 335 000 unidades y declaró pérdidas por 653 millones de dólares.
No obstante, como afirmó Jakoby, la automotriz escandinava obtendría una gran ventaja a partir de su renovada independencia como constructor, para reaccionar rápida y eficazmente ante las demandas de mercados clave como el chino, puesto que la economía de escala es actualmente un factor clave para mantener la competitividad de los grandes fabricantes y ”esa es la oportunidad que tenemos ahora ante nosotros, el convertirnos en un pequeño David frente a los gigantes de la industria“. Lo dicho: Geely avisa y Volvo se apresta para ser una marca Premium de las más grandes.