Uno de los modelos más emblemáticos aún en producción cumple medio siglo: el Impala, de Chevrolet. Por esta razón General Motors ha lanzado una Edición Especial que no solo actualiza el modelo, sino que presenta detalles distintivos de la ocasión. Resistir tantos años en el mercado ha sido una prueba extraordinaria para un auto que no es una de esas rarezas que paralizan la respiración, ni un hito que marca la historia del automovilismo.
El Impala es un sedán de tamaño grande, muy lejos de disponer del intríngulis del Porsche 911 ó la Serie F de camionetas de Ford. Nacido como un auto con exótico nombre de gacela africana el Impala ha permanecido entre nosotros casi de forma anónima, sin llamar especialmente la atención y dejando pasar el tiempo a fuerza constancia y solidez.
Ahora, Chevrolet ha declarado que la nueva versión ofrecerá el mismo espíritu de diversión de los primeros años del modelo, así esta Edición Especial aunque comparte el tren de fuerza del modelo estándar, encabezado por el motor V6 de 3,5 litros y 211 CV de potencia, con posibilidad de empleo de la gasolina E85, cuenta con el paquete FE3 de suspensión deportiva, ahora recalibrado para este modelo, frenos de cuatro líneas antibloqueo; alerón trasero; asiento del conductor eléctrico con ocho posibles reglajes; forro de piel en el volante de dirección; alfombras y vestiduras negras; asientos traseros abatibles hacia delante ó detrás para aumentar el espacio de carga y dar acceso al maletero desde el interior del habitáculo; placas especiales conmemorativas y acabados de pinturas a escoger entre rojo ó blanco. Además se ofrece un año gratis de suscripción al sistema OnStar de navegación, libre de costos.
De esta forma Chevrolet insiste en el enfoque de rendimiento con el cual fue concebido este modelo, estampado desde sus primeros logos y placas, cuando un par de banderas a cuadros flameaban desde los guardabarros con el ímpetu de aquellos legendarios V8 de block pequeño conque la marca estremeció los años cincuenta.